Natxo MATXIN
Interview
iker muñoz
Jugador de Osasuna

«Nunca pensé que podía llegar tan rápido jugar en el primer equipo»

Iker Muñoz (Alesbes, 2002) es la revelación rojilla de la presente campaña. Ya dejó algunas pinceladas en la anterior, debutando en febrero, pero el actual curso está siendo el de su confirmación, con renovación de por medio hasta 2027 y primera convocatoria con la sub21 española, y le gustaría jugar hoy en el Santiago Bernabéu -16-15, Movistar-.

(Iñigo URIZ | FOKU)

El desparpajo de Iker Muñoz sobre el césped también lo traslada cuando tiene que contestar a un cuestionario. Antiguo estudiante de la Ikastola Argia de Tutera, pone en valor el sacrificio semanal que hicieron sus aitas llevándole a entrenar y jugar con varios equipos de la Ribera navarra y posteriormente en Oberena y Osasuna, donde recaló en edad juvenil. Seguramente por ello, se le ve con la cabeza muy bien amueblada y centrado en consolidarse como un futbolista que marque una época en el club rojillo.

Han pasado casi ocho meses desde su debut con el primer equipo en Valladolid. ¿Cómo le ha cambiado la vida?

Pues no mucho, la verdad. Soy un chaval normal, que sigue haciendo lo mismo, que intenta llevar siempre la misma rutina, con los amigos de siempre y que sigue bajando a su pueblo. Fue el momento con el que, desde pequeño, siempre había soñado. Y todo fue muy rápido, justo Lucas (Torró) pidió el cambio y yo estaba en el banquillo. Solo tuve tres o cinco minutos para calentar, lo mejor, porque así no me dio tiempo a pensar mucho. Lo cierto es que disfruté mucho.

En abril, frente al Cádiz, se estrenó como titular y jugando el partido completo. ¿Qué le dijo Jagoba Arrasate antes del encuentro?

El jueves anterior me insinuó que iba a jugar y lo único que me dijo es que fuese yo, que jugase igual que en el Promesas, que estuviese tranquilo, que tuviese desparpajo y que quisiera el balón.

¿Confiaba en que le iba a llegar esta oportunidad?

Estando en el Promesas, siempre esperas que algún día te puede tocar, pero sinceramente nunca pensé que podía llegar tan rápido. Renové con el filial por dos años y ahí tenía el margen para ir día a día mejorando. Esto del fútbol es una incertidumbre, puedes estar haciendo bien las cosas y que no te llegue nunca la oportunidad de jugar al más alto nivel. Por suerte, a mí me llegó y trato de aprovecharla.

Mucha gente pudo pensar que Iker Muñoz era flor de un día, pero en la presente campaña ya lleva cinco titularidades.

Como he comentado, aquí se trata de aprovechar todas las oportunidades que te da el míster. Entré en el equipo al final de la pasada campaña y, cuando terminó, mi objetivo era venir a la pretemporada en la mejor forma posible para seguir haciendo las cosas de la misma manera y esperar a nuevas oportunidades para seguir siendo útil al equipo. En ello estamos.

Y siendo uno de los destacados en todos esos partidos.

Intento hacerlo lo mejor posible, algo que no sería factible sin el apoyo de mis compañeros. En el vestuario nos han acogido muy bien a todos los jóvenes que hemos subido, lo que nos permite gozar de una gran confianza cuando saltamos al campo y también que tengamos la suficiente soltura como para jugar bien.

¿De dónde le viene esa tranquilidad para desenvolverse ante rivales tan cualificados sin tener apenas experiencia en Primera División?

Creo que es mi forma de ser, internamente tengo un poco de esa tranquilidad, aunque también es algo que llevo trabajando mentalmente desde hace tiempo. De la misma forma, el que en el día a día le dé normalidad a todo lo que me está pasando. Eso me permite saltar al campo y no pensar en quién tengo enfrente, sino centrarme en que es un rival más y que voy a ir a por él. Insisto en que gracias a mis compañeros todo eso se hace mucho más fácil.

Ha adelantado en las preferencias del entrenador a otros compañeros que eran intocables en el once titular.

Bueno, adelantar tampoco. Al final, esto es muy largo, queda mucha temporada y les tengo mucho respeto a todos mis compañeros. Sí que me siento uno más e intentaré aprovechar los partidos que me den y no pensar en ir más allá.

El club sí que ha ido más allá, le ha renovado para los próximos cuatro años.

Cuando me lo comunicaron Braulio, Cata y el míster, no puse ninguna pega a esta renovación porque lo único que quería era seguir aquí. Y es verdad que estos cuatro años te dan tranquilidad, pero no me conformo con esto, sino que quiero ir a más.

Entonces, ¿se ha planteado alguna meta para la presente temporada?

Sí, pero a corto plazo, no me vale de nada ponerse una meta a largo plazo. Ahora mismo, mi meta es ir al Bernabéu este sábado para intentar ganar o puntuar, que va a ser difícil.

Se comenta que usted está llamado a recoger el testigo de Puñal y Oier. ¿Son sus referentes?

Sí, claro que me fijaba en ellos cuando era pequeño, eran referentes para mí cuando iba a El Sadar. Cuando he podido estar más cerca de ellos, me he dado cuenta de que eran modelos, tanto fuera como dentro del campo. También por la posición en la que me desenvuelvo, me he fijado en futbolistas como Busquets, Xabi Alonso, y ahora Zubimendi, trato de aprender de ellos.

Dicen que podría ser su sucesor en Osasuna.

Buf, no pienso en ello, me queda mucho por jugar y pelear. Los tengo bastante lejos, pero sí que me he fijado en ellos.

¿Cómo se autodefine?

Un futbolista trabajador, con ambición y luego, dentro del campo, con buen manejo de balón. Pero sobre todo destaco lo del trabajo de todos los días, tanto defensiva como ofensivamente.

¿Qué diferencias ha notado de jugar en el Promesas a hacerlo en Primera?

Lo que más me ha llamado la atención es que el rival no pierde tan fácil el balón y que, cuando esto se produce, las transiciones son de mucha calidad. En Primera RFEF, esos robos generalmente no terminan en gol, pero sí ocurre en Primera División. Los jugadores también están varios puntos por encima a nivel físico.

Aimar, Pablo Ibáñez, Eraso, Iker Muñoz…, savia nueva que viene pegando fuerte. ¿Es el bloque de futuro del club?

Preferimos no hablar del futuro porque el fútbol cambia de la noche a la mañana, es mejor hablar del presente. Y eso pasa por jugar el máximo número de partidos y, si es juntos, pues mucho mejor, porque nos conocemos muy bien desde hace bastante tiempo.

Y en la Liga también le está costando al equipo, aunque en su descargo el complicado comienzo de calendario tampoco ha ayudado mucho.

Sí, no ha sido sencillo, pero en la plantilla creemos que hay margen de mejora, en el vestuario estamos tranquilos y unidos, sabemos que nos ha tocado medirnos ante rivales complicados y que en algunos partidos hemos jugado muy bien sin tener la recompensa de los puntos y que en otros ha ocurrido lo contrario. Hay que seguir en la misma línea, trabajando todos unidos, que esa es la fuerza de Osasuna.

Repetir lo del año pasado parece tarea harto complicada, pero ¿el vestuario se ha marcado algún reto?

Pues el de todos los años, que no es otro que Osasuna se mantenga en Primera División. Después, ir partido a partido y, conforme vaya pasando la temporada, ya iremos viendo hacia dónde nos dirige la competición, aunque es cierto que el año pasado dejamos el listón muy alto.

En ese partido a partido, hoy toca visitar el Bernabéu.

Nunca he estado, ni siquiera de aficionado, y me gustaría jugar ahí, aunque más ganar o puntuar, lo que va a ser difícil. El Real Madrid es uno de los mejores equipos del mundo, al que el año pasado nos medimos en tres ocasiones, pero no pude participar en ninguna. Habrá que estar muy bien para sacar algo positivo.

Osasuna ha puntuado en las dos últimas visitas que ha realizado allí.

Sí, ese es el objetivo, pero incluso haciendo las cosas muy bien, disponen de individualidades para ganarte. Por eso habrá que estar muy concentrados, minimizando errores e intentando sacar provecho del desgaste que puedan tener después de jugar Champions.

Javier Martón, cedido por el Athletic al Mirandés, no solo es de su pueblo, Alesbes, sino también de su cuadrilla. ¿Le gustaría medirse a él?

Coincidimos cuando el Athletic visitó El Sadar, pero nos tocó vivir el partido a los dos desde el banquillo. A la conclusión, nos intercambiamos las camisetas para tenerlas de recuerdo. Sí que tenemos ese gusanillo ambos de que algún día podamos enfrentarnos sobre el césped.