Ramón SOLA
DONOSTIA
ACTO EN BUSOT EN EL 40 ANIVERSARIO

Emotivo recuerdo a Lasa y Zabala allá donde los quisieron borrar

A Joxean Lasa y Joxi Zabala los enterraron en una fosa de un paraje perdido de Busot para hacerlos desaparecer para siempre. No lo consiguieron, y menos aún lograron que fueran olvidados. El recuerdo y la demanda de justicia rebrotaron ayer allí, 40 años después gracias a familiares, amigos y representantes políticos, que acudieron a Alacant.

Pili Zabala y Axun Lasa, junto a las fotos de sus hermanos Joxi y Joxean.
Pili Zabala y Axun Lasa, junto a las fotos de sus hermanos Joxi y Joxean. (SORTU)

Familiares y amigos de Joxean Lasa y Joxi Zabala, junto a representantes políticos, volvieron ayer a Busot (Alacant) para recordar con intensa emoción a los dos jóvenes tolosarras, allí enterrados en secreto tras un crimen de guerra sucia que conmocionó a Euskal Herria. Y es que se cumplen 40 años de su secuestro en Baiona. El 15 de octubre de 1983 fue la última fecha en que se les vio con vida. Luego fueron torturados, los mataron a tiros y los sepultaron en cal viva en esa fosa de Busot para que nunca volviera a saberse de ellos.

Los allegados de Joxean y Joxi revivieron aquellos días de 1995 en que sus restos, guardados una década antes en una morgue de Alicante, fueron identificados poniendo fin a casi doce años de incertidumbre.

Aquellas fueron jornadas emocionalmente muy duras, en las que además el juez de la Audiencia Nacional Carlos Bueren impidió todo tipo de actos de recuerdo, lo que desembocó en cargas de la Ertzaintza en el aeropuerto de Hondarribia e incluso en el cementerio de Tolosa. Unos años después llegarían las condenas a guardias civiles de Intxaurrondo y al gobernador civil de Gipuzkoa.

Ayer, al mediodía, en aquella zona de monte y matorral a casi 800 kilómetros de Tolosa, una sencilla ofrenda floral y varias intervenciones prolongaron su recuerdo. Hasta allí acudieron medio centenar de personas, entre ellas Pili Zabala -hermana de Joxi- y Axun Lasa -de Joxean-, que tomaron la palabra brevemente para recordarlos y demandar verdad y justicia para este y otros casos que existen.

PILI ZABALA Y AXUN LASA

Pilar Zabala demandó «un sincero acercamiento (del Estado) reconociendo lo que ocurrió aquí», incluyendo la declaración de que su hermano y Lasa también son víctimas, y explicó que junto a la fosa se ha plantado un algarrobo para «visibilizar un futuro en paz» y ejemplificar la resistencia ante las adversidades.

Por su parte, Axun Lasa citó lo «inhóspito» del paraje de Busot pero puso en valor el esfuerzo realizado por la verdad del caso, así como el apoyo a las familias por parte de la ciudadanía vasca.

También intervino el alcalde de Tolosa, Andu Martínez de Rituerto, de EH Bildu, que abogó por el reconocimiento de todas las víctimas por parte de las instituciones públicas a todos los niveles. «Seguiremos trabajando para garantizar la verdad, la justicia y el reconocimiento a todas las víctimas», prometió el primer edil.

«RECONOCER EL DOLOR DE TODAS LAS VÍCTIMAS»

Y desde Sortu, Haimar Altuna destacó los avances de la sociedad vasca hacia la convivencia y la paz, y subrayó que en este esfuerzo colectivo la izquierda abertzale «ha dado pasos firmes y sinceros para intentar curar las heridas y reconocer el dolor de todas las víctimas».

«Hoy, en Busot, queremos pedir al Estado y a sus estamentos que reconozcan a las víctimas de su violencia. Es un paso que la sociedad vasca espera y necesita», manifestó el miembro del Consejo Nacional de Sortu, añadiendo que se trata de un paso indispensable para la construcción de la convivencia, «como así lo afirman los agentes internacionales implicados en la resolución de conflictos».

Por su parte, el historiador Iñaki Egaña evocó la figura de Lasa y Zabala, conectándola con otras víctimas de guerra sucia y hechos trascendentales del país de los últimos 40 años. Una aportación recogida en el artículo que publicaron ayer NAIZ y GARA.