Koldo LANDALUZE
Crítico cinematográfico

Constatar la evidencia

La última edición de Zinemaldia constató el alto grado de calidad de las obras filmadas por las cineastas vascas. Más allá del gran logro histórico que cosechó Jaione Camborda, llevándose la codiciada Concha de Oro con su apabullante “O corno”, el certamen sirvió como punto de encuentro de un buen número de títulos gestados aquí. Por ejemplo, el nombre de Camborda se sumó dentro de la Sección Oficial al de Isabel Herguera, la cual plasmó en la pantalla su fascinante filme animado “El sueño de la sultana”. Pero es que además, el evento nos permitió el reencuentro con una Esti Urresola que cerraba su sobresaliente periplo por festivales con su impresionante “20.000 especies de abejas”. Estoy convencido que para José Luis Rebordinos supuso una edición muy especial ya que Camborda desarrolló “O corno” en el laboratorio de proyectos Ikusmira Berriak.

Una cantera de creadoras en claro crecimiento. A todo ello se sumó el estreno de un documental que nos acerca la labor e impresiones de estas creadoras. Fue el caso de “Arnasa betean”, de Bertha Gaztelumendi y Rosa Zufía, un proyecto que llegó en el momento preciso porque nos aporta el testimonio de un punto de inflexión necesario y, sobre todo, porque nos permitió constatar el empeño de las directoras por buscar nuevos discursos que las alejen de los parámetros en los que siempre tendemos a clasificar a las mujeres cineastas.