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DE REOJO

En este mundo


Hay cosas que suceden en el mismo mundo en el que la mayoría de nosotras vivimos. En el mismo segmento económico y cultural. Por eso no valen máscaras, capas de cinismo o indiferencia para sobrevivir en este mundo que hemos creado o hemos consentido de manera consciente y jacarandosa o de forma displicente y colateral por ausencia o gandulería. Analicemos a las especies de seres humanos con las que convivimos con empatía de género o pertenencia involuntaria. Ese ser que grita en un estrado pertenece a nuestro mismo rubro zoológico, y si te fijas un poco más ha sido alimentado con los mismos piensos ideológicos, religiosos y pertenece a la misma dependencia de supervivencia alimentaria del trigo, maíz o arroz.

Por ello nada de lo que diga, proponga y hasta pueda llegar a realizar nadie nos debe ser ajeno. No podemos estar estigmatizando de manera soberbia a nadie ni a nada. Esos soldados israelís de reemplazo son de nuestra clase social, de nuestro ámbito cultural general, pertenecen a la misma escuela económica, con sus matices. La diferencia no es un prepucio, ni un candelabro, es un momento histórico de ambiciones y trastornos étnicos e imperiales.

Javier Milei, el candidato argentino que quedó en primer lugar en las últimas elecciones y que aspira a seguir siendo la gran esperanza neoliberal el próximo domingo, habla de una manera enfática a millones de seres iguales a nosotros, pero que encuentra en esas proclamas un alivio, que quieren delegar en su voto su cansancio y convertir esos delirios en una rebelión. Y sucede en este mundo. En este.