Álvaro REIZABAL
Abogado
JOPUNTUA

Ayuda humanitaria

Suele decirse que de fuera vendrán y de casa te echarán, y eso es lo que ha ocurrido históricamente a los palestinos. Con el pretexto de dar un territorio al pueblo judío, fueron expulsándoles de sus tierras y confinándoles mayormente en la Franja de Gaza, donde viven hacinados en un estrecho terreno limitado por el mar y las barreras que lo rodean y bajo el permanente acoso de sus vecinos de Israel, que, incumpliendo con toda la norma internacional, ha ido ocupando sus tierras, creando asentamientos ilegales y desplazándoles. Continuamente se habla del derecho a defenderse de Israel, como si los palestinos no lo tuvieran, y se aceptan todo tipo de tropelías, tales como los asesinatos continuos de civiles indefensos por parte del ejército judío, hasta la situación actual, en que, encerrados en la Franja, se les corta la luz, el agua y la entrada de todo tipo de alimentos y se habla de que se trata de animales, de bestias, mientras la población desesperada se ve obligada a beber agua del mar. No pueden salir de allí, pero se les obliga a huir del norte hacia el sur para masacrar impunemente a la población civil, llegando incluso, como anteayer, a bombardear un hospital causando centenares de muertos. En el colmo del cinismo acusan de sus tropelías a los palestinos: el bombardeo del hospital es cosa del enemigo, o del otro bando, como ha dicho Biden. Es la estrategia eterna de los fascistas: también en Gernika, tras bombardear a la población civil desde los aviones alemanes e italianos, acusaron a la horda rojo-separatista de ser la causante de la masacre. De vomitar.

Ni siquiera permiten huir a los que quieran hacerlo, ni la entrada de la «ayuda humanitaria», expresión que nunca he entendido muy bien, pues es como dar de comer y beber a la población civil para que se mantengan vivos hasta que el invasor llegue a masacrarlos, pero que es lo mínimo que puede exigirse desde el Derecho Internacional.

En Madrid, a los 40 años del asesinato de Lasa y Zabala, el señor X se muestra muy comprensivo con la postura israelí. Es lo suyo.