La junta militar que el 26 de julio derrocó y desde entonces mantiene preso al expresidente Mohamed Bazoum informó el pasado jueves, en palabras de su portavoz, Amadou Abdramane, haber frustrado un intento de fuga «con su familia y su personal de seguridad». Denunció la «actitud irresponsable» de Bazoum y afirmó que «los actores principales y algunos de los cómplices» fueron detenidos y que se ha iniciado una investigación.

Al parecer, el plan de fuga consistía inicialmente en que Bazoum llegara a un escondite en las afueras de la capital, Niamey, dijo Abdramane. El expresidente había planeado entonces volar desde ese punto de extracción «en helicópteros de una potencia extranjera» en dirección a Nigeria.

PEÓN DEL JUEGO GEOPOLÍTICO

El grupo de abogados que representa al expresidente negó «enérgicamente» esas acusaciones «inventadas» de fuga. Afirmó que se encontraba recluido e «incomunicado», lo que generó confusión sobre su suerte. El presidente francés, Emmanuel Macron, expresó inmediatamente «su profunda preocupación por la situación incierta» de Bazoum y pidió «su liberación inmediata, así como la de su esposa y su hijo». Ayer, su entorno familiar confirmó en un comunicado que «está en la residencia presidencial (en Niamey) con su esposa y su hijo y se encuentra bien». Al parecer, un médico habría podido «visitarle y llevarle algo de comida».

El ejército de Níger derrocó a Barzoum en un golpe de Estado el 26 de julio. Desde entonces está arrestado y se niega a presentar su dimisión. No obstante, pudo publicar un artículo en "The Washington Post" afirmando que era un rehén y que el golpe tendría «consecuencias devastadoras para nuestro país, nuestra región y el mundo entero».

Antigua potencia colonial y aliada privilegiada del expresidente derrocado en Níger, el Estado francés se vio obligado, dos meses después del golpe, a anunciar la retirada antes de fin de año de sus 1.400 soldados del país. Ya habían tenido que retirarse de Mali y Burkina Faso, también liderados por militares golpistas. Expulsados de Níger, los soldados franceses se retiraron temporalmente a Chad, el último aliado de París en el Sahel.

Golpe tras golpe, ya van seis golpes de Estado en el Sahel

Desde 2020, ha habido seis golpes de Estado en el África occidental francófona: dos en Malí, dos en Burkina Faso, uno en Guinea y el último en Níger, que han barrido la región central del Sahel, un cinturón de tierra semiárida que se extiende desde el Atlántico hasta el Mar Rojo, justo al sur del desierto del Sahara.

En todos los casos, las juntas militares aplicaron una misma receta: explotar el «sentimiento antifrancés», que ya estaba muy extendido, par ganarse el apoyo popular. El atractivo de los militares se puede explicar, entre otras cosas, por el hecho de que el ejército suele tener estructuras disciplinadas, jerárquicas y bien organizadas. Existe una tendencia natural entre la población a esperar que esa organización y espíritu se trasladen a la gestión de la sociedad y los asuntos políticos. Sin embargo, en retrospectiva hay que decir que normalmente esto no es así. GARA