Crece el asco que produce todo el tratamiento informativo de la invasión del Gobierno de Israel en Gaza, de su política de exterminio de personas y, sobre todo, de la credibilidad de los medios de información, ya que emitir sin más 43 minutos de unos supuestos retazos de acciones grabados supuestamente por los propios asaltantes de Hamas en la parte israelita, nos coloca ya en otro renglón de la destrucción de cualquier atisbo de información obtenida de manera independiente por los enviados especiales. No hay corresponsales de guerra, solamente se ven agentes propagandísticos de Israel. Y algunos lo hacen con afición, otros con renuencia y la mayoría con una manifiesta incomodidad, porque deben entrar en los informativos y no tienen más material que el que les proporciona una de las partes.

Pero si uno se fija en la parte pequeña de nuestra historia contemporánea, la senda de los perdidos por la que van Feijóo y su cuadrilla de paniaguados es delirante. Ayuso, sin matices, se coloca de parte de Milei. Ha oído que va contra los que procuran alivio a las clases desfavorecidos y considera que esa es su bandera. Y lo expresa con total ignorancia y gravedad expositiva, mientras el fracasado gallego se somete a un esfuerzo comunicativo fuera de toda lógica, y cada día debe hacer un acto contra lo que sea para meterse con Sánchez y mostrar su incapacidad, lo que demuestra que la extrema derecha bicéfala no tiene nada que ofrecer, solamente su queja, sus chascarrillos, sus miserias y en sus actos de gobierno se retrata de manera rotunda como peligrosos involucionistas.