Koldo LANDALUZE
MI OTRO JON

Equívocos bienintencionados pero carentes de garra

La comedia, en su formato clásico, siempre destaca por su capacidad para reivindicar valores tan vitales como el optimismo, la alegría de vivir, la solidaridad y la amistad, incluso en medio del infortunio y la muerte. A través de su narrativa humorística, la nueva película de Paco Arango -todo un experto y pionero en el cine familiar- incide en su bienintencionado discurso de que, a pesar de los obstáculos y las circunstancias desafiantes de la vida, la risa, la camaradería y el apoyo mutuo pueden ser una ventana de luz entreabierta.

El director, fiel a su estilo, abraza un humor blanco que se aleja de los chistes de calibre grueso, optando en su lugar por un enfoque que resalta la capacidad del ser humano para encontrar alegría en las situaciones más improbables. Al igual que en otras ocasiones, Arango recurre a la ciencia ficción y lo sobrenatural para añadir un toque de magia a la trama. Estos elementos no solo añaden un toque de diversión y asombro, sino que también sirven como una metáfora de la capacidad humana para superar obstáculos aparentemente insuperables.

En clave naíf, “Mi otro Jon” también delega protagonismo a actrices tan curtidas como Marisol Ayuso, María José Alfonso y María Luisa Merlo, que se suman a la protagonista, Carmen Maura, quien interpreta con sensibilidad a la amiga condenada por una enfermedad y que volverá a despertar a la vida y las emociones en un cuerpo ajeno. Un gigantesco cuerpo que pertenece al actor vasco Fernando Albizu, el cual firma una entregada interpretación dentro de un conjunto irregular. La película padece de un ritmo pausado y el equívoco, elemento esencial en la comedia, no logra siempre su objetivo de trastocar lo cotidiano y convertirlo en risas.