Que tengas suerte

Duda más que razonable, no estoy seguro si a cada persona que se encontraba en situación de penuria en las calles del mundo en un programa televisivo titulado “Callejeros” y que, después de doce años, ojo al dato, doce años, va a volver a nuestras pantallas más habituales era «que tengas suerte», «suerte» o «que tengas mucha suerte». Probablemente cada reportera utilizaba según las circunstancias cartográficas una fórmula. En mi pasado como consumidor televisivo al servicio de todos ustedes, se me hizo una costra a base de decir al televisor a gritos, susurrando o si estaba en compañía de alguien, solamente por emisión secreta telepática: suerte no, justicia es lo que necesita esa persona.

Y en esas estamos, confundiendo solidaridad con caridad, justicia con ayuda, política con intereses bancarios, dignidad con orgullo, defensa con genocidio. Lo peor es que cuando nos asfixian con tantas imágenes de algunas de las atrocidades del Ejército israelí en Gaza, sabemos que se hace con una intención que desconocemos. Los relatos audiovisuales forman parte, una vez más, de un cuerpo de ejército, de una sección militar de la guerra. Además, se está mutilando de manera severa, descarada la libertad de información, han muerto periodistas de manera inmisericorde y sin contemplaciones, todo lo que recibimos nos llega editado desde una de las partes, la agresora, por lo queda claro que quieren que se vea su capacidad de destrucción y de causar dolor. ¿Estamos de acuerdo?

Un programa de “Callejeros” hoy en Gaza, ¿a quién le desearía suerte? ¿A la humanidad? ¿A la justicia?