Txoli MATEOS
Socióloga
JOPUNTUA

Un futuro para Palestina

Mientras Gaza se desangra literalmente bajo las bombas del Ejército israelí y su población sufre hambre y sed por el asedio al que es sometida, en París se celebra una manifestación apoyada por socialistas, comunistas y ecologistas, además de la ultraderecha, contra el antisemitismo.

¿Qué nos hemos perdido los que nos manifestamos una y otra vez en solidaridad con Palestina? Para empezar, en Francia ha habido más de un millar de ataques contra judíos desde el atentado de Hamás del 7 de octubre. Pero sobre todo, tenemos diferentes historias y realidades culturales. Mientras que aquí, especialmente en Hegoalde, la presencia judía ha sido muy limitada en los últimos siglos, en Francia todavía no se han borrado los sentimientos de culpa por el Holocausto, contra el que sólo una pequeña parte de la población se levantó en armas. Y hay famosos intelectuales y políticos de religión judía. A la par, se ha desarrollado una persistente intolerancia hacia cinco millones de ciudadanos musulmanes. Parece que La France Insoumise ha hecho bien en no apoyar una convocatoria de la que Marine Le Pen ha afirmado que ha sido «una manifestación contra el islamismo».

Todos los conflictos son complejos y Palestina no es una excepción. Por eso, la izquierda tiene el deber político y moral de no caer en el simplismo. Nuestro corazón y nuestra práctica siempre tienen que estar al lado del débil, pero aplicando la racionalidad y, sobre todo, colaborando en la búsqueda de soluciones. Sin caer en el antisemitismo, tan arraigado en la cultura europea. El Gobierno ultraderechista israelí no representa ni a toda su ciudadanía ni a todos los judíos del mundo. Junto al fin de la masacre en Gaza, debemos exigir el diálogo, como hemos hecho en otros conflictos. No es realista, a estas alturas, negar el derecho a la existencia del Estado de Israel, pero es legítimo que sean los hombres y mujeres palestinos no-israelíes los que decidan con qué estatus político quieren vivir en su tierra.