GARA
SUKARRIETA

El PNV trata de zanjar la crisis escenificando el relevo en Sukarrieta

Los actos para conmemorar el 120 aniversario del fallecimiento de Sabino Arana le sirvieron ayer al PNV para escenificar una unidad cuestionada tras la decisión del EBB de truncar las aspiraciones de Iñigo Urkullu a un cuarto mandato. El lehendakari abrazó a Imanol Pradales, pero prefirió callar al ser preguntado sobre el proceso.

El lehendakari, aplaudido por los suyos ayer en Sukarrieta.
El lehendakari, aplaudido por los suyos ayer en Sukarrieta. (Marisol RAMIREZ | FOKU)

Ayer todo fueron sonrisas y abrazos en Sukarrieta, donde el PNV celebró el 120 aniversario del fallecimiento de su fundador, Sabino Arana. El acto le sirvió al partido para escenificar una unidad que se ha resentido en el accidentado proceso de elección del candidato jeltzale para las próximas elecciones al Parlamento de Gasteiz, en el cual el Euzkadi Buru Batzar (EBB) se ha impuesto a la voluntad del lehendakari Iñigo Urkullu de aspirar a un cuarto mandato.

Este último abrazó ayer a Imanol Pradales, el elegido por la dirección para sustituirlo. Habló bien de él y se puso a su disposición, pero se negó a valorar el proceso seguido por el EBB -«esas cosas son internas y me las quedo para mí»- ni a aclarar cuándo piensa convocar las elecciones, una potestad que sigue siendo suya como lehendakari.

«UN POQUITO DE VERDAD»

El discurso principal, sin embargo, fue el del presidente del partido, Andoni Ortuzar, que trató de levantar los ánimos de los suyos: «Somos un partido abierto, democrático, quizás excesiva y vulnerablemente democrático en nuestros procesos, por eso hay quien quiere tensionarnos mientras nosotros estamos haciendo nuestras cosas, con filtraciones periodísticas que mezclan un poquito de verdad con bastante de mentira». «Nosotros a lo nuestro, la fuerza es la unidad», zanjó, en una intervención en la que agradeció los servicios prestados a Urkullu, ovacionado durante el acto.

El jelkide también criticó la «españolización de la política vasca» y aseguró que el proceso interno puesto en marcha desembocará «allá por el 20 de enero» en «una ambiciosa propuesta de relevo generacional para garantizar que las instituciones vascas estén en manos rejuvenecidas, con nuevas ideas para mantener el desafío de siempre». «Sabremos estar a la altura de lo que exige la situación», añadió un Ortuzar que reivindicó «un PNV fuerte, un PNV unido, dispuesto a llevar de nuevo a Euskadi a un tiempo político, a un futuro de autogobierno y bienestar».

Pradales, por su parte, compareció ante la prensa por primera vez, algo nervioso y muy escueto. Consideró que «es todo un reto» ser candidato a lehendakari y que «trabajará duro» de cara a las elecciones. También recordó que la decisión es ahora de los militantes, que tendrán que refrendar la propuesta del EBB.