Raimundo FITERO
DE REOJO

Repoblación asistida

Los turófilos no nos saciamos fácilmente. Necesitamos indagar, descubrir, probar, mezclar, debatir, tomar decisiones singulares, pero siempre buscando el mejor queso posible a nuestro alcance. Cuando entras en la dinámica, ni el colesterol, ni la tensión alta ni la amenaza de gota te para. Hay que degustar los quesos de todas las leches, todos los métodos de fermentación y todas las circunstancias de curación. Lo demás forma parte de la comunión.

Por eso tomamos ciertas noticias como una esperanzadora posibilidad de encontrar todavía más matices en los quesos de denominación de origen, pero sobre todo sabiendo de dónde parten sus procesos, de qué vacas, cabras y ovejas nos dejan su legado, cómo lo hacen, dónde se maduran y ese largo proceso donde intervienen el tiempo, la luz, la temperatura y hasta el canto de los ruiseñores. Por eso, que se repueblen los montes y los valles con cuarenta y siete millones de abejas ibéricas no puede ser nada más que para mejorar la floración y las mieles, por lo tanto, el propóleo, la jalea real, que ayudará a que mi cutis vaya reponiéndose de tanto tiempo de risas y sufrimientos en vertiginosa frecuencia. Escribir los lunes es una pena extra, un añadido al estrés habitual.

Nombramientos en las estructuras parlamentarias, de cambio en las portavocías, de anuncios de candidatos y de colofón una constatación: Arnaldo Otegi quiere estar en la sala de máquinas, sin ponerse en la foto, para conseguir la lehendakaritza para EH Bildu. O para intentarlo de manera seria. Empieza una campaña electoral con mucha enjundia. Hay partido.