Carlos GIL ZAMORA
Analista cultural

Artificial

Lo que nos faltaba. A quienes ponemos en cuarentena el valor absoluto del teatro español del siglo de oro, nos lo ponen muy fácil para insistir en nuestras dudas razonables y nuestras aseveraciones ideológicas. Resulta que acaban de descubrir que un obra anónima que dormía en los archivos de la Biblioteca Nacional de España formando parte de un legado del Conde de Osuna, en una conjunción astral científica de nuevo cuño y de investigaciones tardías es nada menos que de Lope de Vega y la han puesto en pie. La investigación profunda de este supuesto descubrimiento se ha hecho con la coartada de la Inteligencia Artificial, por lo que tanta artificiosidad yo la puedo llamar como movimiento de mercadotecnia para meter en el registro mercantil una nueva ficha.

La obra se llama “La francesa Laura”, se estrena con dirección primeriza de una actriz, Marta Poveda, lo produce la Fundación Siglo de Oro, el lugar son los Teatros del Canal, por lo que el producto viene perfectamente empaquetado, con lazo, con reclamo para anacrónicos, populistas y demagogos del teatro absolutista y de inspiración religiosa de los involucionistas trentinos, unos autores que nadie duda de su relativa calidad, pero que no tienen mucha trascendencia más allá de las aulas de Filología. Pero si aplicamos de manera directa o indirecta la IA para resolver estos asuntos de la literatura áurea, entramos en la decadencia final, en una falta de credibilidad absoluta.