GARA Euskal Herriko egunkaria

Milei designa a su hermana principal asesora y a un ex neonazi en su equipo

El presidente electo colocará a su mayor guardiana en el cargo de secretaria general del Ejecutivo y al frente del cuerpo de abogados del Estado, al polémico Rodolfo Barra, que debió renunciar a su cargo de ministro en tiempos de Menem cuando se conoció su pasado de activista nazi. Entusiasmo tras la gira por EEUU y cautela sobre Brasil.

Javier Milei, con su hermana Karina, que será su secretaria general de Presidencia, tras el triunfo electoral . (Luis ROBAYO | AFP)

A una semana de la asunción de la jefatura del Gobierno y del Estado, el ultraderechista Javier Milei prosigue con la designación de los principales altos cargos del Ejecutivo y también con su agenda exterior, tendiendo puentes con los aliados que anhela: la Casa Blanca y el FMI.

Pero nada será sin sobresaltos ni sorpresas que rompan el techo de la decencia política tradicional. Eso lo dejó claro en la campaña electoral y en sus cortos pero intensos dos años de dirigente político. Como muestra, están sus últimas dos designaciones.

El pasado viernes informó de que nombrará como jefe de los Abogados del Estado a Rodolfo Barra, exministro de Justicia del neoliberal peronista (contradicción quizás desde este lado del charco, pero no de aquel) Carlos Menem, y juez del Tribunal Supremo a comienzos de los 90.

En 1996, Barra debió renunciar acorralado por un escándalo tras descubrirse que durante su juventud había sido un activista neonazi, un pasado que incluye el ataque violento a una sinagoga.

Al conocerse incluso documentos fotográficos con el alto cargo en versión jovial levantando la mano derecha haciendo el saludo hitleriano, el entonces presidente Menem le pidió que dimitiera.

A pesar de la devoción que tiene Milei por la religión judía, y de tener varios rabinos ortodoxos como principales asesores espirituales, y más aún, de considerar al Estado de Israel como un oasis democrático y capitalista (de hecho, iba a viajar allí días pasados pero tuvo que suspender el viaje), el presidente electo ha confiado en el polémico Barra el importante rol de ser Procurador General del Tesoro (rótulo formal del cargo de jefe de abogados del Estado).

En 1996, Barra dijo antes de renunciar: «Si fui nazi, me arrepiento». Toda una definición, en un Gobierno de Menem que tenía al numeroso colectivo judío argentino como principal enemigo tras los dos atentados que sufrió esa comunidad en 1992 y 1994, que masacraron a 112 personas, y con una acuciante impunidad en las investigaciones judiciales.

En tanto, horas antes, también asomaba otra designación polémica: Karina Milei será la secretaria general de la Presidencia, un rol similar al de Oscar López en la Moncloa (director de gabinete) y de enorme influencia.

Sin temor a que haya críticas por nepotismo, el presidente electo elige poner en el cargo que hace de fortaleza y escudería del jefe del Estado a su propia hermana y principal confidente política.

En el mismo comunicado que anunciaba lo del exnazi, la llamada Oficina del Presidente Electo (en una copia burda a lo que ocurre en Estados Unidos) confirmaba las versiones sobre Patricia Bullrich: la exrival que luego pactó su apoyo para el balotaje será su ministra de Seguridad (uno de los ocho ministerios, ya que la «motosierra anarcocapitalista» ha decidido disolver más de la mitad, entre ellos el de Educación y el de Sanidad).

Bullrich agradeció «la confianza» de Milei en sus redes sociales, prometió hacer cumplir «el cambio profundo que la sociedad demanda» y añadió: «Argentina necesita orden. Seremos implacables contra el crimen y daremos una lucha sin cuartel contra el narcotráfico. El que las hace, las paga».

La excandidata de Juntos por el Cambio ha demorado varios días en aceptar formalmente el cargo porque el convite de Milei le implicó una pelea con Mauricio Macri. De hecho respondió a la pregunta de periodistas: «Yo no me someto a Macri».

El expresidente quería ser el titiritero principal de la forma y envergadura del pacto entre su partido y La Libertad Avanza. Pero como su acercamiento hizo estallar a la antiguamente exitosa coalición Cambiemos, no habrá acuerdo partidario sino de cúpulas.

El número 2 detrás de Karina Milei será Ramiro Marra, legislador de la ciudad autónoma de Buenos Aires, de perfil ultraliberal trumpista que creció a base de golpes de tuits en las redes sociales.

Otro nombre que suena fuerte para incorporar como ministro de Defensa es el de Luis Petri, quien fuera compañero de fórmula de Bullrich para vicepresidente y que fue diputado por la socialdemócrata UCR. Otra pirueta ideológica de difícil explicación.

Una extravagancia más de Milei es que, a pesar de disolver mas de la mitad de los ministerios, instaurará uno nuevo: el de Capital Humano. Pondrá en esa cartera a Sandra Pettovello, la vicepresidenta de la UceDé (el único partido nítidamente neoliberal que existió en Argentina hasta la irrupción de La Libertad Avanza). Esta cartera tendrá a cargo infancia, juventud y asistencia social. Lo curioso es que su único currículum hasta ahora es ser colaboradora estrecha del presidente electo y ninguna experiencia en las áreas mencionadas.

EN CUANTO A LA AGENDA EXTERIOR,

el equipo de Milei bascula entre la euforia por el viaje a Washington y la cautela con aliados tradicionales de Argentina con los que el líder ultra ha tenido ruidos: Brasil y China. «El presidente electo tuvo muy buena recepción en todas las reuniones», respondieron desde el equipo de comunicación ante la pregunta de GARA.

Sobre un eventual viaje a Brasil (suele ser el primero o segundo que un presidente argentino hace al exterior), expresaron menos entusiasmo. «No está previsto y no se sabe cuándo irá», señalan. El Gobierno de Lula da Silva dejó trascender que espera una disculpa por las expresiones insultantes de Milei hacia el presidente brasileño.

Tampoco hay novedades sobre contactos con China, el segundo principal comprador de productos argentinos. Otro de los tantos enigmas que le esperan al nuevo líder del mundo ultra.