SERGIO IGLESIAS
Interview
urko mantzizidor
Escritor

«Me parecía importante hablar sobre las cosas que me preocupan»

‘‘La vida es un tango, Gari’’ (Alberdania, 2023) es el primer trabajo literario del escritor de Mundaka Urko Mantzizidor. Una novela en la que el autor ha querido incluir otras temáticas que le preocupan, huyendo de los tópicos que, normalmente, pueblan este tipo de thrillers, construyendo así un relato atractivo y que engancha desde la primera página.

(GARA)

«La vida es un tango, Gari» es su primer trabajo literario, pero cuéntenos cómo empieza usted a escribir.

La verdad es que empiezo un poco por casualidad. Un viernes por la noche estaba en casa con mis hijos, que estaban viendo videos de YouTube, y llegó un momento en que estaba ya hasta arriba del enésimo youtuber. Así que me puse en la mesa que tenemos detrás, en el salón, cogí el ordenador portátil y empecé a escribir. Así de sencillo.

¿Cuáles han sido sus referencias, o los libros o autores que más le gustan?

Yo no creo que tenga referentes, porque me gustan, prácticamente, todos los géneros, salvo la novela romántica y las historias de terror, porque soy muy miedoso y lo paso fatal (risas). Pero yo empecé a leer muy pronto, y las primeras palabras que recuerdo leer son las de un cómic que me trajo mi aitite: ‘‘Ipurbeltz’’. Así empezamos con los cómics primero, como todos los críos y crías, y luego pasé pronto a la novela, porque en mi casa se leía mucho.

¿Y qué novelas fueron las primeras que le marcaron, de alguna manera?

Pues, de niño, la primera que me marcó fue ‘‘El señor de los anillos’’, que fue como descubrir otro mundo, y después ‘‘El conde de Montecristo’’…

¿«El Conde de Montecristo»? ¿Pero con qué edad fue eso?

(Risas) Pues mira, tengo un amigo que, cada vez que quedamos para hacer las “quintadas”, siempre me recuerda que, en octavo de EGB, o sea con unos 13 años, nos mandaron llevar a clase el libro que estuviéramos leyendo en aquel momento, y yo llevé los dos tomos de ‘‘El conde de Montecristo’’; todos mis compañeros se echaron a reír, pensando en la bronca que me iba a echar el profesor, que también se reía y me dijo que le contara de qué iba el libro… empecé a contarle la historia y creo que alucinó… y digo que creo, porque yo no me acuerdo de ello.

Siguiendo con «La vida es un tango, Gari», ¿le costó mucho trabajo sacar adelante la novela?

Yo llevaba veinte años diciendo que quería hacer algo, y aunque nunca había escrito nada, más allá de alguna carta o algún texto para el trabajo, la verdad es que me salió bastante rápido. Desde el principio, tenía en la cabeza el título, que es lo único real en la novela, una frase que solía decir un amigo, y a partir de ahí, se me ocurrió la historia de alguien que se vuelve loco y lo arriesga todo. El planteamiento de la historia también es algo que habíamos hablado alguna vez que podía pasar en la ría y, aunque luego hice algún cambio, aconsejado por mi mujer, casi desde el primer momento tuve claro la estructura de la novela; y desde que empecé a escribir hasta que tuve el manuscrito, pasaron unos seis meses, escribiendo sobre todo los fines de semana, y entre semana cuando tenía tiempo. Luego, vino la fase de revisar todo, buscar editorial...

¿Y dio muchas vueltas a la hora de hacer las correcciones?

Pues no le di muchas vueltas. Pero sí que tuve que hacer un cambio muy importante, ya que, aunque yo mismo percibí que no había peso femenino en la novela, en principio me dije a mí mismo que no pasaba nada, porque en el mundo del narcotráfico era lo normal; pero cuando mi mujer Natalia, hacia el quinto capítulo, me confirmó que, efectivamente, era necesaria una presencia femenina potente, tuve que cambiar algunas cosas para reforzar el papel de Irati. El machismo es uno de los temas que quería plasmar y no podía pasar por alto el error que estaba cometiendo. De hecho, y sin querer destripar mucho la novela, yo creo que ella es la auténtica protagonista de la historia, aunque sea de tapadillo, porque desde el título y la primera parte, predispongo al lector a que el protagonista es Gari. Pero según van pasando los capítulos, de alguna forma todo va girando en torno a Irati que, por otro lado, creo que es la única persona decente de la trama (risas).

Lo que se percibe al leer el libro, es que no es una novela negra al uso, sino que ha tratado de meter más matices en cuanto a las temáticas, como lo que hablaba antes del machismo. ¿Tenía claro que quería ofrecer al lectorado algo diferente?

Yo nunca había pensado en hacer una novela negra, y siempre había creído que, si alguna vez escribiera algo, sería novela histórica o de fantasía. Pero de repente, me dio por ahí, creo que por la frase del título, y decidí hablar sobre cosas que me preocupan. En el caso del machismo, creo que era una forma de entonar un mea culpa generacional, porque hemos tenido la suerte de vivir en la abundancia y la comodidad de tener todo lo que hemos querido, y nos convertimos en adultos y queremos seguir haciendo lo mismo que cuando éramos niños, mientras ellas se encargan de los cuidados de todo el mundo, sacrificándolo todo. Es normal que ya estén hartas, porque en la sociedad, en el deporte, y en todos los ámbitos de la vida, hay muchos ejemplos de desigualdad.

También habla de aquella generación perdida a causa de la heroína, algo que fue especialmente sangrante en Euskal Herria, por cómo fueron las circunstancias en que la droga entró aquí…

Yo siempre recuerdo que mi aita decía que, si hubiera nacido unos años más tarde, seguramente estaría muerto, y me parecía importante hablar de lo que pasó aquellos años, de cómo fueron las cosas, y las consecuencias que eso tuvo para tantísima gente. Pero como decía antes, una vez que me pongo a escribir y empiezo a abrirme, aprovecho para hablar sobre las cosas que me preocupan. Como empecé por casualidad, y casi no sabía ni si iba a terminar, o si lo que estaba escribiendo iba a llegar a alguna parte, o si a alguien le iba a interesar, lo hice con una libertad absoluta y sin ninguna presión. Además, a mí me gustan mucho las series y, por eso, lo que quise es darle a la trama ese ritmo, incluyendo esas cosas de las que quería hablar, disfrazando esas temáticas de aventura, porque me parecía divertido hacerlo de esta manera.

¿Quería huir también de cualquier tipo de «panfletismo» a la hora de plantear esas temáticas?

Claro. Yo lo cuento como lo veo; si quieres profundizar más sobre estos temas, te tienes que meter a escribir un ensayo, y yo no sabría hacerlo. Así que, lo que yo hago es mostrar mi punto de vista o lo que yo conozco sobre esos temas: la droga y los yonkis en los 80, el machismo, el egoísmo… pero todo dentro de una historia que a la gente le apetezca leer.

¿Cómo trabajó el enfoque de esos personajes tan extremos, que pueblan la novela?

Una vez leí que la vida de una persona normal no interesa a nadie, por eso tenían que ser personajes con personalidades muy marcadas. De todas formas, son gente reconocible que anda por aquí, y no son marcianos… y mira que intenté huir de que alguien pudiera decir ‘‘este soy yo’’. Pero sí que es cierto que tuve muy claro la parte de la organización criminal, los personajes de Gari, de Santi que, aunque parezca un secundario, también tiene un papel muy importante, y del juez; y luego, gracias al toque que me pegó Natalia, también quise poner un énfasis especial en el de Irati. Pero bueno, tampoco son tantos y no ha sido muy complicado, esto no es ‘‘Juego de tronos’’ (risas).

En cuanto a las localizaciones, la trama se sitúa en diferentes parajes de Busturialdea. ¿Quería hacer un homenaje al lugar donde vive?

Sí, yo soy de Mundaka, pero llevo tiempo viviendo en Busturia, y lo de elegir esta zona fue un poco egoísmo, ya que esta historia, por cómo está hecha, se podía situar casi en cualquier lugar de Euskal Herria. También, como era la primera vez que escribía, necesitaba sentirme seguro por lo menos en algo, ya que para mí todo eran inseguridades al principio: los personajes, los diálogos, la técnica… Además, creo que es un sitio espectacular que se presta a una serie, película o libro, al menos, como pongo en las notas finales, en 2022, cuando un famoso museo no es más que un proyecto en pañales.

¿Cómo ha sido la reacción de la gente que, hasta el momento, ha leído el libro?

Super positivo; a veces, me digo que no puede ser verdad, porque muy poca gente me ha dicho cosas negativas de la novela… supongo que al que no le haya gustado, no me lo dirá (risas). Las críticas en páginas especializadas también están siendo buenas, y lo que destacan es que es una historia que tiene más aristas de las que se pueden presuponer en un thriller de este tipo.

Para terminar, ¿está preparando ya su próximo trabajo?

Pues sí, justo ahora estoy trabajando en otra novela a la que he podido dar un impulso este verano, y como me ha gustado la experiencia de hacer novela negra, lo que he hecho ha sido mezclar este género con novela histórica, contando cosas que han pasado por aquí, también otras que vivieron nuestras amamas y nuestros aitites, y que para mis hijos es como una película.