Tragicomedia optimista

La familia y unos menos. El núcleo central del negocio familiar ha decidido amenazar a aquellos que son, antes que nada, antifascistas y después se gradúan de manera laxa en el venerable espectro de izquierdas, asunto que requiere de muchas herramientas semánticas, políticas y sicológicas para entenderlo sin caer en barbarismos. Cuesta analizar el deslizamiento de Podemos hacia la Nada. Todo parece provocado por un desencuentro en la tercera fase. Como no le dieron el ministerio nominal, como existe una necesidad de guardar los salarios de un equipo menguante, como hay un proyecto editorial que quiere presentarse como rompedor y es muy conservador por personalista, hacen cuentas y se van de la coalición con la que obtuvieron el acta de diputadas al grupo mixto, lo que es un regalo navideño para las huestes de PPVOX y sus escuadrones mediáticos, y no se olvide que Feijóo señaló a Irene Montero como una gran ministra abandonada por Sánchez.

Quienes llevamos meses advirtiendo de esta circunstancia, que contemplamos con acidez de estómago la deriva sectaria de esta familia mal avenida que defiende su sueldo, nos cuesta entrar en disquisiciones políticas más allá de lo obvio. Pedimos excusas. Ya lo intentaremos más adelante, ante hechos concretos. Pensamos que será difícil que voten al lado de PPVOX, pero no hay que descartarlo. Este movimiento tiene más calado que el que intentamos ridiculizar, aunque no sepamos con qué objetivos más allá del reforzamiento del negocio familiar. Esta tragicomedia optimista no es buena para la ciudadanía.