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Efectos


Efectos. Afectos. Artefactos. La Cultura se torna mazapán en ciertas fechas. Aseguran los que manejan el archivo y la memoria que, a partir de hoy, el personal, en general, se olvida en su vida cotidiana como agente de disfrute de los incentivos culturales y no atiende a otra cosa que a los impulsos consumistas que, para desgracia de los talibanes, tiene también una carga en asuntos que se etiquetan como seudo culturales. Tanto membrillo, cancioncillas, libros de rectas y paisajes coloreados, nos llevan a los efectos especiales, pero no a la convivencia. Y mucho menos a la claridad de ideas. Por si acaso no estaban atentos, han cambiado en Madrid de ministro de Cultura. El actual, con apellido muy vasco, Urtasun, es catalán, de familia bien, con antecedentes como eurodiputado, del que desconocemos sus planes, ni siquiera en estos momentos su equipo, pero que ha hecho unas declaraciones muy demagógicas, ya que asegura que es desde la cultura desde donde se va a combatir a la extrema derecha. Me surgen una docena de preguntas, pero me las guardo por prudencia. Sucede que, aunque todo esté transferido y se tenga sensación de autonomía, los asuntos culturales y en algunas materias tan sensibles como las artes escénicas, su producción y distribución, las decisiones en el INAEM, tienen efectos directos en Castejón o en Idiazabal. Hay que estar atentos a los nombramientos y las decisiones más inmediatas.