Aritz INTXUSTA
DEBATE SOBRE LA TOMA EN CONSIDERACIÓN DE LA LEY DE AMNISTÍA

La amnistía supera con comodidad el primer asalto en el Congreso

La derecha se desinfla y se pierde en reproches mutuos durante la toma en consideración de la proposición de la Ley de Amnistía, que encontró más portavoces a favor que en contra. La votación llegará al final del pleno, pero todos los partidos se mantienen en su posición inicial, por lo que la medida superará el corte con 178 votos a favor y 172 en contra.

Alberto Núñez Feijóo, desde su escaño, junto a Cuca Gamarra.
Alberto Núñez Feijóo, desde su escaño, junto a Cuca Gamarra. (Eduardo PARRA | Europa PRESS)

El Congreso español tiene muchas voces. Doce personas subieron al estrado ayer a posicionarse sobre la toma en consideración de la proposición de Ley de Amnistía que llegó a la Cámara únicamente con la firma del partido mayoritario del Gobierno. Ocho se posicionaron a favor y la entendieron como una medida oportuna y razonable (PSOE, Sumar, ERC, Junts, EH Bildu, PNV, Podemos y BNG). Otros tres (PP, Vox y UPN) se rasgaron las vestiduras tildándola de «villanía», «fraude», «golpe» o «traición». Una última, la diputada de Coalición Canaria, se mostró disconforme, pero eludió el tremendismo y trató de colocarse, sin éxito, en un imposible punto medio.

La sesión no le fue bien al líder de la oposición, Alberto Núñez Feijóo, quien buscó meterle mucha épica al debate, sacándolo de los parámetros de la política y llevándolo al plano moral y legal. Feijóo no es que no esté de acuerdo, es que considera inmoral y un «fraude» la propuesta.

El portavoz del PP infló hasta lo indecible la toma en consideración de la ley. Dijo que la de ayer fue la tarde «más triste y decadente» desde que Antonio Tejero entró al Congreso pegando tiros el 23-F. Así, lo que se vivió ayer en la Cámara fue «una humillación al pueblo español».

Feijóo elevó de «sedición» a «rebelión» lo sucedido en el procés y defendió su idea de que se vote a viva voz al término del pleno para que todo el mundo se retrate. «Yo no tengo problema en dar la cara», remarcaba el líder de la oposición.

Sorprendentemente, Santiago Abascal, líder de Vox, fue quien más duro embistió contra Feijóo. Le tachó de falso, de mentiroso. El ultraderechista aseguró que, si todo lo que había manifestado Feijóo de veras se lo creía, no tenía sentido que horas antes hubiera llegado a un pacto con el PSOE para repartirse las comisiones mixtas de Congreso y Senado.

Tampoco le había gustado a Abascal que, en los días previos, Feijóo le atacara por decir desde Argentina que algún día el pueblo colgará a Pedro Sánchez por los pies, cuestión que le afeó desde la tribuna en una intervención que dividió a partes iguales entre ataques a Sánchez y a Feijóo.

Además de adelantar su no a la toma en consideración, Feijóo se comprometió a retrasar cuanto pueda -gracias a su mayoría en el Senado- la aplicación de la norma. Abascal fue deliberadamente más inconcreto: «Haremos todo lo que sea necesario».

EN DEFENSA DE LA LEY

El PSOE venía preparado para ese tono tremendista y lo rebatió con optimismo, diciendo que la amnistía es un paso para «el reencuentro» y una medida que trae, sobre todo, «esperanza» para el conflicto.

Junto con esta idea, Patxi López, portavoz del PSOE, acusó a la derecha de haber llevado el debate a un territorio ciertamente peligroso. Para ello, se apoyó en la petición de Feijóo para que la votación se haga a viva voz para que así se «retraten» todos. «¿Para qué quieren los retratos, para colgarlos en la pared con amenazas? Apunten a los 121 socialistas», le espetó López.

El exlehendakari aseguró, además, que no se puede considerar anticonstitucional esta ley y, a su vez, defender que la que amnistió «a terroristas y torturadores en el 77» fue una norma con sentido de Estado.

Para el soberanismo catalán resultó un debate cómodo. Gabriel Rufián (ERC) dejó dos dudas en el aire. «En Catalunya estamos preparados para ganar o para perder un referéndum. ¿Y ustedes?». La segunda, con la que finalizó, decía así: «Este pleno era impensable hace cuatro años. ¿Qué pasará durante otros cuatro?».

Josep María Cervera, de Junts, advirtió a la derecha de que no es buena idea ir a Europa a tratar de tumbar la amnistía. «Europa es el terreno de juego de Junts», señaló. A la postre -prosiguió- la amnistía beneficiará al PP, pues se librarará del «escrutinio» del Tribunal de Derechos Humanos sobre su respuesta al referéndum del 1 de octubre.

Jon Iñarritu, de EH Bildu, se mostró favorable por «traer a la política y al diálogo» un conflicto que nunca debió salir de ahí. Además, censuró la vía represiva que practicó el Estado, sin olvidar prácticas sucias, como el espionaje a los líderes catalanistas, que se plantea investigar en comisión.

El PNV, por su parte, consideró que la medida servirá para «pacificar». En la intervención más técnica del debate, Mikel Legarda enumeró una serie de sentencias del Constitucional que avalan la validez de la amnistía como tal.

Sumar y Podemos hablaron por primera vez con voces independientes. El discurso de Sumar -en tono antirrepresivo- combinó castellano y catalán. La segunda formación (ahora en el Mixto) se vio perjudicada por el mismo corsé de tiempo de intervención que UPN: solo minuto y medio.



Declaraciones

«¿Para qué quieren los retratos, para colgarlos en la pared con amenazas? Apunten a los 121 socialistas»

Patxi LÓPEZ

Portavoz del PSOE

«Hoy es la sesión más triste y más decadente en el Congreso desde la tarde del 23 de febrero»

Alberto NÚÑEZ FEIJÓO

Líder del Partido Popular

«En Catalunya estamos preparados para ganar o para perder un referéndum. ¿Y ustedes?»

Gabriel RUFIÁN

ERC

«La sociedad catalana apoya esta medida y ese es un motivo más para dar nuestro apoyo»

Jon IÑARRITU

EH BILDU