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JOPUNTUA

Humores tristes


Las declaraciones del duce de Vox, en el contexto de la proclamación como presidente de la república argentina del orate Milei, manifestando el deseo de un colgamiento por los pies del cadáver de Pedro Sánchez han causado cierto estupor en los que denominan como «sectores progresistas» del espectro político español, calificándolas de «delito de odio». Al parecer no están acostumbrados a ser odiados por reaccionarios y fascistas. ¿Acaso sería mejor ser amado por ellos? Es el odio el que integra las pasiones tristes que describió Spinoza: el resentimiento, la envidia, la cólera y el miedo; el odio como cohesionador de todo lo triste que une al lumpen, a señoritos con añoranza de rutas imperiales y pasados inexistentes y a nietos y biznietos de cuneteros enriquecidos por el crimen. Por estos lares nunca dejaron de odiarnos estos tristes de mierda. Y no nos va tan mal; nos reímos a menudo.

El próximo 28, día de los Inocentes, amenazan con entristecer la alegría de Iruñea por haber recuperado la alcaldía la mayoría progresista, la que administra la cosa pública en beneficio de los más y no al servicio de las élites. Vendrán de las españas el torpe Nuñez Feijóo, que ganando elecciones es incapaz de formar gobiernos, y su séquito a ningunear, aún más, al derrotado Esparza y a una decadente UPN que pierde la alcaldía de la capital, su único bastión. Vienen Núñez y sus secuaces repletos de humor, del definido por Hipócrates como bilis negra a juntarse con otro humor hipocrático, el de la bilis amarilla de los malos perdedores que nunca acabaron de ganar. Que sus bilis no nos amarguen el día.

«Todos los afectos de odio son malos y, por tanto, quien vive bajo la guía de la razón se esfuerza cuanto puede en no sufrir los conflictos de los afectos de odio; y, en consecuencia, se esforzará en que tampoco otro soporte esos afectos». No es sencillo, cuesta esfuerzo pero es gratificante el vivir bajo la guía de la razón; pero ellos, los tristes, creen que la razón es un periódico, un libelo que editan en Madrid. Una pena.