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Punto crítico en la crisis humanitaria por hambruna

Familiares de Jehad Arafat, muerto en un bombardeo israelí, lloran junto a su cuerpo. (M. HAMS | AFP)

Israel intensificó ayer sus ataques sobre la Franja de Gaza, los más encarnizados en estos más de dos meses y medio de ofensiva militar, según muchos residentes, mientras Naciones Unidas advertía de que varias zonas tanto del norte como del sur del enclave palestino han alcanzado el nivel más alto, el de «catástrofe», en el baremo sobre inseguridad alimentaria, debido a la hambruna, ya que gran parte de la población ha agotado todos sus recursos y no hay forma de obtener nuevos sustentos, ni siquiera pan.

La alerta de la ONU, que asegura que «la situación es desesperada» y «nadie en Gaza está a salvo de morir de hambre», coincidió con la posible votación -aplazada tres veces- en el Consejo de Seguridad de la ONU de la resolución impulsada por Emiratos Árabes Unidos para el envío de ayuda humanitaria a la Franja de Gaza y obstaculizada por EEUU.

Y, mientras, en El Cairo se negocia una tregua, que no parece cercana. Hamas rechazó seguir negociando un nuevo canje de prisioneros, si no va acompañado de un alto el fuego permanente en Gaza.

Según fuentes de Hamas, Israel ofrecía hasta dos semanas de tregua para ese canje; pero la organización palestina exige un cese de las hostilidades y la retirada de las tropas israelíes.

Las fuezas sionistas intensificaban ayer sus bombardeos sobre Jan Yunis, la mayor ciudad del sur de Gaza. También bombardearon el cruce fronterizo de Kerem Shalom, matando a cuatro personas, incluido el director del paso, Bassem Ghaben.

La Oficina del Alto Comisionado de la ONU para los Derechos Humanos reclamó a Israel investigar un «posible crimen de guerra» cometido el martes por su Ejército en Gaza cuando mató a once palestinos desarmados durante su incursión en un edificio residencial donde se refugiaban varias familias.

Por su parte, el Comité de la ONU contra la Discriminación Racial denunció que Israel y otros Estados no cumplen con su obligación de evitar que se cometan crímenes contra la humanidad y genocidio en la Franja de Gaza tras la intensificación de los bombardeos y ataques sionistas una vez finalizada la tregua de noviembre.

El último balance de la ofensiva sionista era el miércoles de más de 20.000 muertos, al menos 8.000 de ellos menores.