Un exquisito plato de alta cocina

Auguste Escoffier fue un chef, restaurador y escritor culinario del Estado francés que nació el 28 de octubre de 1846. Revolucionó los métodos y destrezas de la gastronomía francesa tradicional, siendo reconocido como el padre y creador de la cocina moderna. Inspirado por su legado, Tran Anh Hung concibió un guion donde la cocina se convierte en el epicentro de todo.

Durante la primera media hora, la trama se desenvuelve principalmente en la cocina. Ahí, el protagonista trabaja con la ayuda de una asistente, a quien más tarde se le une su pequeña sobrina. Juntos preparan una variedad de delicias, desde platos salados hasta postres. La película nos sumerge en el ambiente cálido y vibrante de la cocina, con el fuego crepitante en el hogar, la cocina de seis hornallas, los hornos y los utensilios largos. En esta danza hipnótica, Eugénie (la maravillosa Juliette Binoche), su asistente (Gallatéa Bellugi) y el chef, comensal y dueño del castillo, Dodin Bouffant (el genial Benoît Magimel), son parte de un inicio jubiloso donde los verdaderos protagonistas son los ingredientes y cada paso poético que desemboca en un exquisito menú.

A medida que avanza la trama, las personas entran en escena, pero siguen moviéndose al compás marcado por los productos de temporada y los tiempos de cocción.

Esta película es un deleite visual absoluto, un tributo a la cocina donde el amor por el arte y la estética que imprime el cineasta delatan su sensibilidad en cada uno de sus planos. En su conjunto se condensa no solo el arte culinario, sino también la política y la filosofía de vida, aspectos que la pareja protagonista discute en el otoño de sus vidas. Es un film que invita a saborear cada detalle, buscando el equilibrio perfecto de sabores y acompañamientos.