Raimundo FITERO
DE REOJO

Virus desencajonados

Como ando con el cuerpo maltratado y he pasado unos días terribles, he ido al ambulatorio y mi médica de cabecera o de atención primaria, después de hacerme unas pruebas para descartar la covid, así como la gripe A y B, me ha recetado paracetamol, tranquilidad, muchos líquidos, ni muy fríos ni muy calientes porque debe ser un resfriado. Según la facultativa, estamos rodeados de cientos o miles de virus que campan a sus anchas y las autoridades sanitarias no se atreven a comunicarlo a la sociedad porque podría crearse una alarma muy inconveniente en estos precisos momentos.

La teoría de esta doctora de larga experiencia es que allá dónde nos movamos nos podemos encontrar con una tribu de virus que nos afecten a las vías respiratorias y que, aunque nos hayamos vacunado, como es mi caso, eso no impide contagiarse, lo que sucede es que los efectos son menos dañinos. Dada la gravedad de su manera de expresarse, mostrando a las claras un cansancio profesional secular, parece que lo correcto sería volver a la prevención y usar la mascarilla de nuevo, tomar las precauciones en las distancias, ventilación y un larga etcétera que tuvimos cuando la pandemia y pensar que vivimos unos años que nuestros cuerpos se dedicaban a luchar contra la covid, pero que no están entrenados para hacer frente a estos virus desencajonados que nos acompañan y nos rodean por todos los lugares donde socializamos nuestra mirada a lo importante transitorio. Como otra vez quedamos sin siquiera una pedrea, les he transmitido estas someras notificaciones de salud pública, por si les sirve de consuelo.