Cuando llega un año olímpico se despiertan esas mariposas en el estómago que anuncian que algo importante está por ocurrir. Los Juegos Olímpicos en sí ya son lo suficientemente importantes como para empezar a estar nerviosas en cuanto empiece el año, seas deportista de élite, seas periodista deportiva o seas aficionada al deporte. Cada cual jugará su papel, crucial, en esa cita olímpica de 2024 que se celebrará en París, que ya ultima los preparativos. Su eco ya retumba también en Euskal Herria, con las fiestas de Baiona adelantadas una semana y con el Estadio Jean Dauger como uno de los centros de entrenamiento.

Las chinches que tantos quebraderos de cabeza han causado estos meses a las autoridades francesas, incluidas las capitalinas, parecen haber desaparecido. Preocupación real o alarmismo, sea como fuere, los Juegos Olímpicos de los últimos tiempos siempre se han caracterizado por la proliferación de plagas o enfermedades. El virus Zika estuvo a punto de poner en jaque la cita de Río de Janeiro y el covid-19 retrasó un año la de Tokio. Precisamente por ello, la espera para París ha sido una de las más cortas de la historia. Tres años después, y aunque todavía resuenan las consecuencias de la guerra entre Rusia y Ucrania -los deportistas rusos no podrán competir bajo su bandera-, todo hace indicar que el mayor acontecimiento deportivo de 2024 se celebrará con total normalidad, y habiendo aprendido de las lecciones de Tokio. Como la «mens sana in corpore sano» que entonó Simone Biles hace tres años, cuando piorizó su bienestar mental antes que la competición.

AUSENCIAS Y ESPERANZAS

Precisamente, la presencia de la mejor gimnasta contemporánea está en vilo. Aún no ha confirmado sus intenciones y podría ser una de las ausencias más destacadas de París. Le faltó ganar la medalla de oro en Japón para seguir agrandando su leyenda, que tocó techo en Río, con cuatro preseas de oro y una de bronce. Sin embargo, el legado que dejó en Tokio 2021 quizás es lo que perdurará en el tiempo.

EEUU tiene la esperanza de Sunisa Lee para continuar con el dominio olímpico. Las estadounidenses llegarán a París como campeonas del mundo por equipos.

Tal como podría ocurrir con la propia Lee en París, en todos los JJOO saltan nombres que brillan e inician su camino al olimpo. Los grandes nombres que todos tenemos en mente también tuvieron su día de explosión al estrellato, así como el de confirmación como grandes leyendas del deporte. Así ocurrió con Carl Lewis, Nadia Comaneci, Emil Zatopek, Abebe Bikila, Larissa Latynina, Jesse Owens, Usain Bolt o el deportista más laureado de todos los tiempos, con un total de 28 medallas (23 de ellas de oro, récord absoluto), Michael Phelps.

A FALTA DE PHELPS...

A la bala de Baltimore ya se le echó de menos en Tokio, por lo que no hay otro remedio que acostumbrarse a vivir sin él unos Juegos Olímpicos. No obstante, ya tiene un sucesor en Caeleb Dressel, quíntuple ganador en la cita nipona y poseedor de dos récords mundiales. Es uno de los nombres a los que seguir de cerca en la piscina, junto al del francés Leon Marchan, que en los Mundiales de Fukuoka aprovecharse de la ausencia del estadounidense.

En atletismo, aún se resienten las pruebas de velocidad sin Usain Bolt. Con vistas a París, quien ha tomado fuerza es Noah Lyles. A sus 27 años, pretende emular su actuación en el Mundial de Budapest -ganó los 100, los 200 y el relevo 4x100 metros- sumándole una cuarta presea dorada en el 4x400 metros.

La cita parisina servirá de confirmación para algunos de ellos y de continuidad para otros, como Armand Duplantis, el elegante monstruo de la pértiga que tuvo en los de Tokio sus primeros Juegos. Vuela hasta los 6,17 metros al aire libre -récord del mundo-, ha ganado los dos últimos Mundiales y está llamado a dominar en París.

Es el caso también de Yulimar Roja, que hace tres años conquistó el primer oro olímpico para Venezuela. La especialista en triple salto se postula como favorita en París, habiendo conquistado en Eugene el título Mundial por tercera vez consecutiva, así como la medalla de oro en los Juegos Centroamericanos y del Caribe, el único que se le había negado y que ya forma parte de su extenso palmarés.

La reina del medio fondo responde al nombre de Faith Kipyegon, sin duda. Bicampeona olímpica, luce imbatible. En julio implantó su tercer récord del mundo en la milla (4:07.67), en Mónaco, y también posee la mejor marca mundial en 1.500 metros. No así ya la de 5.000, que le arrebató en septiembre la etíope Gudaf Tsegay.

CHOURRAUT Y EL RESTO DE VASCOS

Nuevos rostros, deportistas ya contrastados, sorpresas... Desde el 26 de julio hasta el 11 de agosto habrá tiempo suficiente para disfrutar de la mejor cita deportiva que se prevé para el nuevo año. También será clave para la confirmación de los deportes que debutaron en Tokio, como el skate o el surf. Y será el debut del breakdance, en una mezcla de lo urbano con lo artístico.

También se implementará la modalidad de kayak cross, en la que Maialen Chourraut, la deportista vasca más laureada, tiene fijado su mayor reto después de quedar en quinto lugar en la cita Mundial de Lee Valley (Londres). Ilusionada con esa nueva disciplina, la palista lasartearra, que quedó fuera de la final del Mundial este pasado septiembre, competirá también en K-1.

Serán los sextos Juegos de la triple medallista olímpica, un número nunca alzanzado por ningún vasco, y acude a París «a ganar la cuarta medalla». Ambiciosa como la que más, es la principal esperanza vasca para la cita parisina.

Esta vez no le acompañará Ander Elosegi, que, tras cinco Juegos y otros tantos diplomas, anunció su retirada del piragüismo profesional.

El zumaiarra Iñigo Peña, campeón del mundo en K-2 1.000 metros, logró la plaza para competir en su tercera cita olímpica tras completar uno de sus mejores años en lo que a resultados se refiere.

En Tokio 2020, Asier Martínez despertó la ilusión de Euskal Herria con su pase a la final de 110 metros vallas. Fue el primer paso a la gloria que saboreó con el oro europeo y el bronce mundial en 2022, hasta que una lesión le obligó a parar. Ha estado en el dique seco este año que dejamos atrás, por lo que todo son incógnitas en torno a su figura. El zizurtarra está centrado en su recuperación física y mental.

La que aún está aspirando a debutar en unos JJOO es Eukene Lardorarte, campeona de Europa en ciclismo en pista. Unos pocos detalles al alcance de la tolosarra le separan de la del sueño olímpico.