Israel retira algunas tropas de Gaza para adaptarse a una guerra sin fin

Israel retirará cinco brigadas de Gaza para prepararse para continuar la ofensiva durante 2024 y adaptarse a la nueva fase que había marcado EEUU en una «guerra sin fin» por la difícil situación política de Netanyahu, la reivindicación de la expulsión de los palestinos de parte del Gobierno y los problemas para acabar con Hamas pese a la devastación.

El Ejército israelí retirará cinco brigadas de Gaza, lo que implica mandar a casa a miles de soldados, que explica en parte como una rotación rutinaria pero también como una nueva fase de guerra como le había pedido Estados Unidos.

«Los objetivos de la guerra requieren combates prolongados y nos estamos preparando en consecuencia», afirmó el portavoz del Ejército, Daniel Hagari, que insistió en que seguirá la ofensiva durante 2024.

Dos brigadas serán enviadas a casa esta semana y otras tres brigadas recibirán entrenamiento. Algunas de las tropas retiradas podrían rotar a la frontera norte con Líbano, donde va en aumento el intercambio de disparos con Hizbulah, e Israel amenaza con una guerra total que puede extenderse a toda la región.

Hagari aseguró que Israel adaptará «las fuerzas necesarias en cada zona de la Franja», tras haber ido transmitiendo estos días que el conflicto se alargará al menos por meses.

Hasta ahora la ofensiva terrestre se ha combinado con ataques intensos por tierra, mar y aire que han devastado la Franja, junto a lucha directa en una guerra de guerrillas asimétrica con las milicias palestinas, aún operativas.

Pese a haber movilizado más de 360.000 soldados reservistas -la mayor movilización de reservistas en la historia de Israel-, a un sofisticado armamento, a un ingente esfuerzo bélico de uno de los Ejércitos mejor armados del mundo y al lanzamiento de 29.000 bombas durante 87 días sobre un pequeño territorio, está lejos todavía de lograr su objetivo de acabar con Hamas y desmantelar su infraestructura armada.

De hecho, ayer mismo, las milicias palestinas aún lanzaron varios cohetes contra el centro de Israel y difundieron vídeos de emboscadas a las unidades israelíes en la Franja.

El Ejército ocupante ha sufrido al menos 172 bajas, entre ellas las de varios oficiales, incluidos dos generales, y se ha visto obligado a retirar la brigada de élite Golani, por lo que el ajuste también reduciría la exposición de los soldados.

La movilización de reservistas está afectando además a la economía israelí, con una parte importante de su fuerza laboral dedicada a la guerra. «Algunos reservistas regresarán a su familia y empleo esta semana. Esto les permitirá reunir fuerzas para las acciones del próximo año, ya que los combates continuarán y seguirán siendo necesarios», indicó Hagari. Y todo ello sin haber conseguido liberar a los capturados por las milicias palestinas, más allá de los liberados durante la tregua.

Con cerca de 29.000 muertos -150 en las últimas 24 horas- 7.000 de ellos aún bajo los escombros, 57.697 heridos y el 70% de la Franja convertida en ruinas, Israel debería proclamar una victoria aplastante. Afirma además haber matado a más de 8.000 miembros de Hamas.

Pero las milicias palestinas siguen activas, Hamas no ha desaparecido y los familiares de los rehenes aumentan su presión.

El paso a una etapa de ataques más concentrados desde aire y tierra coincidiría con los plazos marcados desde Washington para la nueva fase.

Pero el Gobierno israelí aún tiene pendiente marcar la estrategia a largo plazo que piden los militares y EEUU.

Netanyahu ha evitado incluso debatirla en su gabinete de guerra, entre fricciones internas. Al menos tres ministros han insistido en que Israel debe ocupar Gaza y forzar el desplazamiento de la población palestina, en una nueva Nakba, para que los colonos vuelvan a la Franja.

La necesidad de Netanyahu de la guerra para su supervivencia política -más aún tras el revés ayer del Supremo a la reforma judicial- también impulsa los ajustes para prolongarla indefinidamente.