Raimundo FITERO
DE REOJO

Servilletas impermeables

Se ha resuelto el gran enigma que tenía a media sociedad preocupada: las servilletas de los bares son impermeables porque están pensadas para no mancharte si coges un pintxo de tortilla con la mano, no para limpiarte si has metido el croissant en el café con leche con los dedos. Ese misterioso comportamiento de algo tan popular nos proporcionaba muchas tertulias sobrevenidas en las barras de las tabernas, pero ahora ya podemos hacer con las servilletas de papel sulfito comparaciones mundanas y teorías políticas sobre el uso de todo aquello que creíamos estaba pensado, estructurado y planteado para defender a la inmensa mayoría, y resulta que estaba pensado desde el inicio para mantener los privilegios de unos pocos.

Vaya, es imposible que la rutina se corte de repente y aunque uno pretenda hablar solamente de aquello que nos puede proporcionar esos motivos para considerar que la Vida es Bella, siempre hay ventanas abiertas por las que entran las corrientes más reaccionarias y que coaccionan toda posibilidad de afrontar el mañana con ganas de atender al canto de la cigarra. Les cito a un amigo vendedor de aforismos impertinentes que nos recuerda que un año bisiesto es el que instaura la doble siesta diaria. Esto me recuerda que hay un movimiento para homenajear el cómico Eugenio y me vi un documental, bastante correcto y un festival de cómicos contando chistes del homenajeado. Un chiste, un acudido, cualquier narración se compone de muchos elementos para que sea bueno, malo o insoportable. Y el señor Eugeni Jofra, era el rey del tiempo y el tono.