Raimundo FITERO
DE REOJO

Aguantando la respiración

El año ha empezado bisiesto y con mucha afición para convertir todas las perspectivas esperanzadoras en frustraciones inmediatas. Mires a donde mires encuentras motivos para la inquietud creciente, hasta el punto de que hay momentos del día que te encuentras en una esquina de la cocina atendiendo al fogón y aguantando la respiración como si fueras un fugitivo de tu propia realidad que te encarcela en telarañas de acero inoxidable y rayos láser que te desorientan en la oscuridad de tus propios pensamientos.

Podríamos colocarnos en un pedestal de turrones y polvorones y mirar por detrás del árbol empinado del salón para solamente ver el cielo raso cargado de destellos de ilusiones coloreadas por la voluntad de seguir viviendo en paz. Pero todos se empeñan en que bajes del taburete y pises el parqué flotante para atender a los rugidos de la selva política, donde están esas bestias pardas de la extrema derecha bicéfala que propone la disolución de partidos políticos, en un paso al frente claro de su estrategia involucionista descarada.

Vas y saltas ese charco y te encuentras con Israel en plan guerra total. Si atacan en Beirut a una sede de Hamás y acaban con el número dos de la organización, significa que están dispuestos a todo. Y en Irán, como si fuera un eco, hay dos explosiones en un homenaje a un militar asesinado por los EEUU que produce decenas de muertos. La escalada es obvia. Netanyahu necesita más guerra para tapar sus problemas judiciales y políticos internos. La zona vuelve a ser un polvorín en ebullición. Dan ganas de no respirar y taparse los ojos y decir: no estoy.