EDITORIALA

No hay que promover la especulación y el rentismo

El precio de la vivienda de segunda mano subió un 4% en Hego Euskal Herria en 2023, según un informe de la web pisos.com. No obstante, hay notables diferencias entre territorios, ya que en Gipuzkoa y Nafarroa superó el 7%, Bizkaia se quedó en el 3,47% y en Araba esas viviendas bajaron un 1,46%, según se recoge en el citado informe. En la CAV, el precio medio por metro cuadrado fue de 3.089 euros y en Nafarroa se situó en 1.800 euros. Otro estudio, también dado a conocer ayer y realizado por el portal Idealista, afirma que la rentabilidad bruta de la compra de una vivienda para ponerla en alquiler en Gasteiz se situó en el 5,3%, en el 5% de Bilbo, el 4,7% de Iruñea y el 3,8% en Donostia, todas por debajo de la media estatal del 7,2%. Aun así, la rentabilidad del patrimonio dedicado al alquiler es superior a las tasas que ofrecen los Bonos del Estado a diez años, que es de un 3,1%. Los locales y oficinas tienen una rentabilidad aún superior a la de la vivienda.

Es preocupante que una gran parte de los informes y estudios sobre la vivienda provengan de grandes empresas del sector inmobiliario, que no ocultan sus intereses, pero que no tienen por qué coincidir con los de la mayoría de la ciudadanía. Los datos y las prioridades que marca un estudio así nunca son neutrales. Las administraciones públicas deberían tener un mayor control de la evolución y ser más transparentes en relación a una actividad que condiciona tanto la vida de las personas. Es partiendo de los datos desde donde se puede hacer políticas públicas mejores.

Precisamente, estos datos indican que, en un país donde las familias tienen cada vez más dificultades para acceder a la vivienda e invierten una parte cada vez más grande de sus salarios para poder alquilar o comprar, las casas siguen siendo un bien especulativo de primer orden. Asimismo, mientras muchas empresas y comercios tienen problemas para afrontar los gastos básicos de sus locales, el rentismo sigue siendo más rentable que muchas actividades productivas. En busca de un sistema socioeconómico justo y viable, hacen falta políticas que reviertan esta realidad.