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SUPERCOPA EN ARABIA

No hubo noche mágica, pero Osasuna vendió cara su piel

El Barça solo pudo doblegar a los rojilos en la última media hora, con un primer gol de Lewandowski que pudo estar precedido de una falta a Arnaiz y otro posterior de Yamal en el tiempo de descuento.

Ante Budimir estuvo clarividente en ataque aunque se topó con Peña. (Fayez NURELDINE | AFP)

No hubo la noche mágica que deseó Arrasate, pero sus pupilos vendieron cara la piel ante un Barcelona al que tuteó durante varias fases del partido, disponiendo de ocasiones para adelantarse o igualar el marcador después de que los culés se pusiesen con ventaja en el electrónico.

Un 1-0 que no estuvo exento de polémica, ya que en el lance previo a que Lewandowski alojase el cuero en las mallas, Arnaiz se quejó de una falta de Christiansen que el árbitro no quiso señalar, cuando lances similares sí había pitado con anterioridad.

Sea como fuere, los rojillos plantaron cara a su rival, aunque también adoleció de cierta consistencia defensiva, especialmente durante la primera parte, paradójicamente en la que no encajó. Más de un error en la salida de balón le pudo costar caro a la escuadra navarra, que también adoleció de ese colmillo necesario en ataque, sobre todo ante adversarios de esta entidad.

De haber estado sobre el césped del Al-Awaal el Osasuna del pasado ejercicio, seguramente el resultado no hubiera sido el mismo. En todo caso, la derrota sí que sirvió para que el equipo ofreciese una cara mucho más competitiva y debe ser un revulsivo para lo que resta de temporada, donde se va a jugar lo realmente importante, la permanencia en Primera.

El técnico de Berriatua, como suele realizar de manera esporádica ante oponentes de mayor enjundia, diseñó de inicio una defensa con tres centrales y Rubén Peña como lateral zurdo, pero esa poblada zaga no impidió que se sufriera, como ya se ha mencionado. Sergio Herrera tuvo que intervenir en varias ocasiones para mantener a los suyos dentro del encuentro.

LA CLAVE, EN EL 59

La clave del choque estuvo en ese minuto 59 en el que el Barcelona consiguió adelantarse en el marcador, precisamente cuando Osasuna firmaba sus mejores minutos en la contención y los de Xavi se veían forzados a colgar balones ante la imposibilidad de encontrar espacios en su conducción ofensiva.

Ya con un resultado adverso, los de Arrasate dieron un paso adelante -fue valiente el míster colocando a dos arietes- y dispusieron de varios lances como para equilibrar la contienda, pero una vez más, faltó puntería y, cuando el balón se dirigió entre los tres palos, apareció el buen hacer de Peña para negarle el gol, por ejemplo a Budimir en el 78, tras una buena jugada individual del croata.

Y, como suele ocurrir en estos casos, de tanto volcarse hacia el marco contrario obligado por el luminoso, el conjunto navarro descuidó la parte de atrás, lo que permitió a Joao Felix iniciar la jugada del definitivo 2-0, que acabó materializando Yamal en el descuento.

Acabó así el estreno de Osasuna en un torneo en el que no tendrá muchas oportunidades de competir, pero en el que terminó cayendo con la cabeza muy alta.