L a Banda Trapera del Río era el ruido y la furia de los bloques interminables del cinturón rojo industrial de Barcelona, los extrarradios a orillas del Llobregat al sur o del Besós al norte.

Criados en la Ciudad Satélite de Cornellá del Llobregat, fueron la avanzadilla del punk. Ya en el 78 en su primer sencillo nos escupían: “Venid a las cloacas, estaréis mucho mejor. / Identificaos con las ratas, no vayáis al paredón”.

Javier Pérez Andújar, de Sant Adriá del Besós, ha escrito a propósito de La Trapera: “Los bloques, todo el rato los bloques. Los suyos eran verdes, verde viento, verde rama, el barco sobre la mar y el caballo relinchando a las puertas de las casas”.

El Tío Modes, que tocaba la guitarra eléctrica como si el eléctrico fuera él, se acabó consumiendo poco a poco, pero tocando, con sus gafas de culo de vaso, esquelético, casi hasta el final; le siguió Raf Pulido, el batería, y el cinco de este mes murió Morfi Grey, el cantante que no necesitaba vocalizar porque la letra de aquella música era la rabia.

En el 79 sacaron su primer largo, lo pongo en el plato y cada vez que Morfi grita con su chirriante voz ‘‘¡Ciutat podrida!’’, “las ratas sentimos que se nos renueva nuestra vieja desesperación”, escribió Pérez Andújar.