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La sequía se prolonga y agrava la crisis en el canal de Panamá

El canal de Panamá, el único de agua dulce del mundo y por el que pasa el 6% del comercio mundial, opera con restricciones debido a la prolongada sequía, en momentos en que el tráfico por el de Suez está amenazado por la inestabiildad causada por la guerra en Gaza.

Esclusas de Miraflores del canal de Panamá. (Martín BERNETTI | AFP)

La falta de lluvias por el fenómeno de El Niño, agravado por el calentamiento global, ha originado una grave sequía que ha provocado una importante crisis en el canal de Panamá, cuya administración se ha visto obligada a bajar el tráfico de 44 a 24 barcos diarios y a reducir el calado de los buques a 44 pies (13,4 metros), dos menos de lo permitido antes. Y no hay aún en marcha proyectos que garanticen el agua necesaria para operar la vía, la única de agua dulce en el mundo y por la que pasa el 6% del comercio mundial.

«Estos 24 tránsitos se mantienen hasta abril, por lo menos, y en mayo va a depender de cómo entren las lluvias», dice a AFP la subadministradora del canal, Ilia Espino.

Por esta estratégica vía, que en 80 km une el océano Pacífico con el mar Caribe, pasa el 6% del comercio marítimo mundial. Sus principales usuarios son EEUU, China y Japón.

El canal de Panamá funciona con agua de lluvia que obtiene de los lagos artificiales de Gatún, al norte del país. Por cada barco que pasa, se vierten unos 200 millones de litros de agua dulce. «Existe un cambio de patrones climáticos que nos están afectando como nunca antes», añade Espino.

El año pasado fue el segundo más seco en la historia del canal, inaugurado por EEUU en 1914, y los pronósticos para el inicio de 2024 tampoco son halagüeños, ya que hay «casi un 80% de posibilidades» de que El Niño siga hasta mayo.

Las cuencas en torno al canal sufren una «sequía meteorológica severa» y la situación se complica porque la cuenca de la vía marítima abastece de agua a casi la mitad de los 4,2 millones de panameños.

Las alarmas también se han encendido con la programada construcción de nuevas potabilizadoras, que competirán con el canal por el agua.

La Autoridad del Canal de Panamá, un ente autónomo del Gobierno, adelanta varios planes paliativos para el ahorro del agua. Pero a largo plazo quiere construir una represa en Río Indio, al oeste de la vía, y lanzar así una señal a la industria marítima.

El proyecto, promovido desde 2017, permitiría aumentar hasta 16 esclusajes diarios. Sin embargo, para ejecutarlo, el canal necesita reformas legales o la aprobación de un Ejecutivo que termina sus funciones el 30 de junio. El plan incluye reubicaciones e indemnizaciones, ya que afectará a más de 2.000 moradores de Río Indio.

No habrá ningún embalse «si los habitantes de Río Indio se oponen», advirtió el ministro para Asuntos del Canal, Aristides Royo. «Hay que actuar y hay que actuar ya», dice, por contra, el exadministrador del canal Jorge Quijano.

Ante la incertidumbre, algunas navieras buscan vías alternativas y han decidido transportar sus mercancías por otras rutas. La danesa Maersk, una de las más importantes, anunció hace días que los buques que operan entre Oceanía y América evitarán su navegación por el canal.