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Ciencia frente a ética, en el «anti-Oppenheimer»

El filme “Out of Control. Reports on the Atomic Bomb”, de Beatriz Caravaggio, arranca de un documento poderoso: Oppenheimer, el «padre» de la bomba atómica, reconoce que deja la ética para los políticos... y así le va al planeta, viviendo bajo una amenaza atómica latente.

La videocreadora Beatriz Caravaggio, ante la cuádruple pantalla donde se exhibe su película. (Aritz LOIOLA | FOKU)

Miguel Zugaza, director del Museo de Bellas Artes de Bilbo, no duda en calificar de «obra maestra» la videocreación “Out of Control. Reports on the Atomic Bomb”, de la asturiana Beatriz Caravaggio, un filme de corte experimental en el que se denuncia la amenaza nuclear como ejemplo del descontrol que provoca una ciencia carente de valores humanísticos. Un filme, que se exhibe en un formato multicanal, con cuatro pantallas, en la pinacoteca bilbaina hasta el 2 de junio.

“Out of Control. Reports on the Atomic Bomb” de alguna manera se puede definir como un anti “Oppenheimer”, porque ofrece una visión mucho más comprometida y crítica de las consecuencias del descubrimiento del “padre” de la bomba atómica, Robert Oppenheimer, que la versión cinematográfica firmada por Christopher Nolan, aunque esta última esté arrasando en todos los premios cinematográficos, incluidos posiblemente los Oscar de la Adademia de Hollywood.

El filme es una videocreación realizada por encargo de la Fundación BBVA, gestada antes de la pandemia del covid y la guerra de Ucrania. «Cuando empecé la investigación -recordó en la presentación de la exposición- encontré un documento desclasificado en el que Oppenheimer explica que ser científico no le otorga una cualificación para responder a qué se debe hacer o cómo se debe usar la bomba atómica. Acepta plenamente que el ámbito del ‘debe’, de los valores, la ética y los fines o usos queden en manos de otros: los políticos y los militares».

Es decir, Oppenheimer se lavaba las manos. Caravaggio: «Esa renuncia a interrogarse en tiempo real sobre los valores y la naturaleza de los objetivos, esto es, cuando se está desarrollando un proyecto científico de enormes consecuencias potenciales, y no solo a posteriori, realmente me llama la atención y es una de las razones por las que pienso que algunos grandes desarrollos científicos deben tomar forma en diálogo con otras construcciones culturales, con las humanidades y los valores, en el que la propia comunidad científica participe y también la población a través de formas de consulta con organizaciones sociales plurales».

A través de documentos desclasificados e imágenes históricas grabadas por los propios gobiernos como documentación de sus experimentos surge un retrato descorazonador: no existe control alguno, sí una escalada en la que Estados Unidos, la antigua Unión Soviética, Gran Bretaña, Estado francés, China, India, Pakistán y Corea del Norte han venido llevando a cabo más de dos mil pruebas nucleares. Caos, muerte, amenaza latente... porque, Oppenheimer, solo en manos de los políticos no puede quedar toda la responsabilidad.