Pello GUERRA
Redactor
1986

Estallan el Challenger y la relación de Urkullu e Ibarretxe

Momento de la explosión del transbordador espacial Challenger, poco después de despegar.
Momento de la explosión del transbordador espacial Challenger, poco después de despegar. (NASA)

De explosivo puede calificarse el 28 de enero, ya que en 1986 estallaba en el cielo el transbordador espacial Challenger, mientras que en la tierra quedaba en evidencia en 2009 la falta de sintonía entre el presidente del PNV, Iñigo Urkullu, y el lehendakari de la CAV, Juan José Ibarretxe.

Lo sucedido con el Challenger fue uno de los peores accidentes en la historia de la astronáutica, cuando se buscaba que fuera una misión destinada a recuperar el interés del público por los programas de la NASA.

Con ese objetivo, el entonces presidente de EEUU, Ronald Reagan, lanzó el programa “Teachers in Space”, por el que un profesor viajaría al espacio junto a los astronautas. Esta circunstancia hizo que la maestra Christa McAuliffe, de 37 años, formara parte de la tripulación del Challenger para fomentar la carrera espacial entre los más jóvenes a través de una educadora.

El Challenger debía despegar el 22 de enero, pero el lanzamiento se fue posponiendo hasta el día 28. Pese al riesgo que suponía el frío para los motores de propulsión, que ese día era de un grado bajo cero, presionada por un calendario saturado de lanzamientos, la NASA decidió seguir adelante y no aplazar de nuevo la misión, que había despertado un gran interés mediático a causa de la presencia de la profesora.

A las 11.38 de la mañana, hora local, despegaba el transbordador y 73 segundos después, los anillos que sellaban las etapas del propulsor derecho cedieron, provocando una llamarada y que a continuación explotara el Challenger ante el estupor del público que, a través de la televisión, estaba contemplando en vivo y en directo el lanzamiento.

En la posterior investigación sobre lo sucedido, realizada por la llamada Comisión Rogers, se supo que, en realidad, la cabina de la tripulación había salido despedida intacta en el momento de la explosión, pero que los siete miembros de la tripulación habían fallecido a causa de la pérdida de presión registrada en su interior.

En sus conclusiones, la comisión ponía de relieve que la NASA había minimizado los riesgos de la misión con tal de poder cumplir con su calendario de lanzamientos.

A raíz del accidente se detuvo durante casi tres años el programa de transbordadores para implementar las nuevas medidas de seguridad desarrolladas tras el primer accidente mortal en vuelo sufrido por la NASA. Sin embargo, el 1 de febrero de 2003, el que se desintegraba era el Columbia cuando reentraba en la atmósfera a causa de un desperfecto en su protección térmica. Sus siete tripulantes murieron en el siniestro.

«ACTOS DE FE» DE URKULLU

Ese mismo día, pero del año 2009, otra explosión sacó a la luz la difícil relación existente entre Iñigo Urkullu y Juan José Ibarretxe. El detonante fue la difusión del libro “Memorias de Euskadi”, de la periodista María Antonia Iglesias, en el que el entonces presidente del PNV criticaba al lehendakari de la CAV sin pelos en la lengua.

En concreto, Urkullu acusaba a Ibarretxe de errar por distanciarse del PSOE y acercarse a la izquierda abertzale, o de querer arrogarse la representación del PNV.

El actual lehendakari señalaba que su relación con Ibarretxe la vivía «con dificultades. Hay días en que tengo que hacer actos de fe para que sigamos unidos y tengamos la mínima cohesión para salir dignamente de esta situación de cara al futuro».

Incluso afirmaba sentirse a veces «como un pelele» al comprobar el liderazgo de Ibarretxe y el modo en que trataba al partido. Llegaba a decir: «Tengo que seguir dando la impresión de que soy tonto, de que me chupo el dedo, porque tengo una causa mayor, que es la de intentar recomponer el PNV, que no se rompa, y reconducirlo de alguna manera (...) Y la actitud para conmigo y para con el partido no es recíproca, no ya solo por el lehendakari, sino por otros responsables del PNV, pero también por parte del lehendakari. Creo que hay una estrategia clara de acabar con la bicefalia del partido».

Urkullu remarcaba su distancia respecto a Ibarretxe no solo a nivel personal, sino sobre todo en el ámbito político. Y en este terreno expresaba también con absoluta claridad su apuesta por el acuerdo con el PSOE y por facilitar las cosas a Madrid. Un ejemplo: «Pienso que el problema que le podamos causar al Estado será como consecuencia del problema que nos hayamos causado nosotros a nosotros mismos».

«No pretendo poner en ningún problema a Rodríguez Zapatero más que el legítimamente democrático de reivindicar nuestra ponencia política (...) Lo que quiero decir es que cambiaría la consulta por un reconocimiento en la ponencia política de nuestro Congreso que reconociera el derecho a decidir y que no fuera objetado por ningún partido», añadía.

Miembros de varios partidos consideraban que el PNV podría intentar prescindir de Ibarretxe para lograr un acuerdo con el PSOE.



[1987] Retenido un periodista de EGIN en el Parlamento de Gasteiz

La acreditación del preso Juan Carlos Yoldi como parlamentario de HB en la Cámara de Gasteiz el 28 de enero de 1987 generó más convulsión de la esperada, ya que fue escenario de un rocambolesco episodio, con el periodista de EGIN que cubría ese acto retenido por la Ertzaintza en el mismo Parlamento. Una vez cumplimentada la acreditación y cuando varios agentes sacaban de la Cámara a Yoldi para ser trasladado a la cárcel de Nanclares, se entabló un forcejeo con los informadores que querían tomarle unas declaraciones, con uno de ellos tirado al suelo.

Tras ese incidente, al periodista de EGIN en el lugar, Txema Ramírez de la Piscina, se le anunció que estaba retenido. «El jefe de seguridad del Parlamento, un tal Elorza, me dijo que le diese la documentación y que le había roto el tabique nasal a un ertzaina», recuerda.

La tensa situación se prolongó durante «media hora o una hora, en la que los compañeros del resto de medios me arroparon». Hasta que finalmente «me devolvieron la credencial y me dijeron que había sido una cosa desagradable y demás». No hubo más explicaciones.