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El capotico de San Fermín


Como pamplonica que soy, me siento tremendamente privilegiado al estar hoy con vida, ya que yo soy uno de los miles de sanfermineros que estaban el fatídico 8 de julio del 78 en los tendidos de sol de la plaza de toros de Pamplona, cuando al final del festejo, y aprovechando premeditada y alevosamente la entrada de los txikis al ruedo, un grupo de agentes de la Policía Armada, hoy Policía Nacional, siguiendo órdenes del por el entonces ministro del Interior, señor Martín Villa, irrumpió a tiros contra los tendidos de sol que estaban repletos de pamplonicas y gente de bien disfrutando del acto.

La historia de aquel día no la voy a contar, ya que, aunque no se ha reconocido jamás, todo Pamplona y resto del mundo sabe que fue un acto premeditado y pactado entre Gobierno y Policía orquestado desde las cloacas del Estado.

Pues bien, yo siempre he pensado que fue el capotico de San Fermín el que consiguió que ninguna de esas balas disparadas hacia los tendidos matara a nadie, aunque sí que hirió de gravedad a alguno. Por desgracia, no fue lo mismo en la avenida Roncesvalles, donde una bala asesina mató a Germán Rodríguez.

El señor Leoz, párroco de San Lorenzo, otorgó el 2 de febrero, día de la escalera sanferminera, ese mismo capotico al cuerpo español de la antigua Policía Armada, hoy Policía Nacional, por su aniversario, y me imagino que por el «buen» hacer con los pamplonicas.

El caso es que yo ahora pienso... Si antaño fue el capotico de San Fermín el que me salvó de las balas, ¿hoy le otorgan ese capotico al que las disparaba? ¿Quién me va a proteger a mí ahora?

Señor párroco, ¿quién es usted para hacerse dueño de un capotico que yo, en mi desconocimiento, siempre he pensado que era un utensilio para salvar pamplonicas y gente de bien? ¿Ha contado con la familia de Germán Rodríguez para explicarle su idea? ¿El tema ha contado con los acuerdos de la comisión de fiestas y peñas sanfermineras? ¿O es usted único dueño y amo del capotico?

He hablado con su secretaria por teléfono para hacerle saber una proposición mía y que usted la acepte, y es que el próximo 3 de marzo, día de la escalera también, otorgue otro capotico, que parece que están baratos, al señor Netanyahu.

Hágaselo mirar...