Una profesora al borde del colapso

Gran parte del mérito de esta película radica en la profunda creación de su protagonista por parte del guionista Johannes Duncker y del director Ilker Çatak. La protagonista, una profesora idealista de matemáticas y deportes, inicia su primer trabajo en una escuela secundaria y se enfrenta al sistema escolar de manera contundente. A medida que intenta hacer las cosas correctamente, siguiendo principios pedagógicos lógicos, se convierte en el centro de atención y objeto de críticas. Dicho personaje ha sido encarnado con gran acierto por Leonie Benesch. El otro protagonista es un alumno que será colocado en el ojo del huracán.

AULAS ELÉCTRICAS

En “Sala de profesores”, Çatak crea un explosivo microcosmos bien definido que se desarrolla exclusivamente dentro del entorno escolar. Detalla de manera impactante lo cruel e hipócrita que puede llegar a ser el sistema educativo.

Además, contrasta esta narrativa con otros problemas presentes en muchos colegios alrededor del mundo, como el respeto a la privacidad, el racismo, el acoso escolar, el papel de los padres autoritarios y, en términos generales, los límites de los esfuerzos de los profesores. Todo ello se refleja en la intensa interpretación de Leonie Benesch, la cual vive un progresivo desencanto debido a la impotencia que le provoca una situación escolar que la desborda.

La experiencia adquiere mayor profundidad en el momento de la resolución. El espectador puede percibir dos finales, ya que la escena final se bifurca en dos sentidos, cada una con su propia conclusión. Este caso poco común de un final “doble” tiene total coherencia porque las partes funcionan de manera efectiva, lo que se traduce en una metáfora más amplia sobre la justicia legal y las relaciones de poder.