Koldo LANDALUZE
DONOSTIA
VERMIN, LA PLAGA

La alegoría de las arañas y las plagas sociales

Sébastien Vaniček hace su debut en el cine largo con este sorprendente filme que fusiona el cine social y el terror. Su protagonsita, Kaleb, es un hombre que enfrenta una profunda crisis personal: constantes conflictos con su hermana, el duelo por la pérdida de su madre y la ruptura con su mejor amigo. Vive en un destartalado apartamento mientras se gana la vida vendiendo costosas zapatillas de marca, pero su verdadero anhelo es establecer su propio negocio y brindar un servicio impecable a sus clientes. Apasionado por los animales exóticos, un día adquiere una araña exótica y venenosa que captura su atención, pero accidentalmente escapa y se reproduce rápidamente. A medida que él, su hermana y sus amigos descubren la peligrosa situación y localizan el origen del problema, son puestos en cuarentena por las autoridades, quedando atrapados mientras enfrentan una verdadera plaga arácnida. Su única meta es encontrar una salida y sobrevivir.

La película fue filmada en el noreste de París, en Seine-Saint-Denis, donde el director creció, y plantea una serie de lecturas sociales que transcurren paralelas a la acción del filme. En general, tanto el elenco como la ambientación y la banda sonora de “Vermin” nos transportan sin dificultades a los suburbios de París. Y lo más importante, nos advierten sobre el mensaje social subyacente de la película, donde las arañas se convierten en una metáfora del poco respeto que tienen las autoridades con los más desfavorecidos, siendo considerados como una plaga molesta cuando son visibles.

La película no solo cumple como retrato de los suburbios, sino también como una historia de horror derivada de las arañas, que se convierten en una alegoría.