Koldo LANDALUZE
DONOSTI
BOONIE BEARS: REGRESO A LA TIERRA

La franquicia que empieza a dar signos de cansancio

Al alcanzar su décimo aniversario desde su debut en la televisión china en 2012, la popular saga de los ‘‘Boonie Bears’’ suma su octava entrega cinematográfica, consolidándose como el producto de animación infantil chino más exitoso a nivel internacional. No obstante, los resultados en esta ocasión no se han repetido. Si bien es cierto que esta película dirigida por Lin Huida muestra un trabajo de animación de calidad, la narrativa deja mucho que desear. La trama presenta recursos narrativos muy manidos y una falta de originalidad palpable, evidenciada por la inclusión de elementos pirotécnicos propios de los videojuegos a lo largo de una historia que podía haber tenido un desarrollo mucho más original y menos predecible.

El protagonista, el oso Bramble, sueña con convertirse en un superhéroe, pero su rutina cotidiana carece de emoción hasta que se encuentra con un gato alienígena en busca de su cerebro fusionado con un ‘‘núcleo alienígena’’. Lo que sigue son peleas, batallas y canciones, todo envuelto en un aire que recuerda demasiado a ‘‘Kung Fu Panda’’, sin lograr desmarcarse lo suficiente como una obra original. Todo ello, desarrollado a través de un ritmo que en muchas ocasiones resulta pecipitado.

La película parece formar parte de una tendencia en la cultura china de producir productos derivados que imitan exitosas franquicias occidentales, como si se tratara de una copia a imagen y semejanza. Sin embargo, la verdadera creatividad y el arte no pueden ser replicados tan fácilmente como la maquinaria industrial o los lápices.

En resumen, aunque los ‘‘Boonie Bears’’ hayan conquistado el éxito comercial, la falta de innovación y originalidad en su octava película deja claro que el verdadero valor artístico no se puede alcanzar simplemente replicando fórmulas exitosas.