EDITORIALA

Pablo González debe ser liberado ya, sin excusas

Hace dos años, pocos días después de la invasión de Ucrania, Pablo González fue detenido en Polonia cuando estaba realizando su labor como periodista, contando el éxodo de los y las refugiadas a través de esa frontera. Le acusaron de ser espía ruso, alegando que tenía un pasaporte de ese país. González es hijo de los denominados «niños de la guerra» -menores descendientes de familias del bando republicano- que tras el golpe de Estado de 1936 fueron enviados a la Unión Soviética para salvar sus vidas. Por eso, porque nació en Rusia, González tenía pasaporte ruso. Los indicios presentados contra él no son más que parte de su trabajo como reportero. Su arresto fue un acto temprano de propaganda bélica.

Polonia no ha presentado ninguna prueba de sus acusaciones, pero ha ido alargando el encarcelamiento de González. Las condiciones que sufre en prisión son inaceptables en base a los tratados europeos e internacionales. Padece vulneraciones de derechos básicos e indefensión. El Ejecutivo español no ha sido eficaz en defensa de los derechos de Pablo González. La degeneración del Estado de derecho en Polonia ha sido repetidamente denunciada por entidades internacionales y por la propia Unión Europea. El contexto bélico ha acrecentado la excepcionalidad polaca. El cambio de Gobierno no ha supuesto un cambio en la situación de González, ni como prueba de buena voluntad. La estrategia de la discreción y la diplomacia no ha dado frutos, ni respecto al proceso judicial ni en las duras condiciones de encarcelamiento del periodista vasco. Sus colegas y, en general, la sociedad civil vasca han defendido sus derechos, la libertad de prensa y su liberación.

Pablo González debe regresar a casa cuanto antes porque no se dan las condiciones para que tenga un juicio justo en Polonia. Porque en la cárcel su salud corre peligro. Y porque su trabajo es necesario para entender mejor lo que está sucediendo en Ucrania y en Rusia. Desgraciadamente, su arresto también explica muchas cosas que pasan en Polonia y en la UE. No se puede permitir la persecución a periodistas. Pablo debe quedar en libertad cuanto antes, sin excusas.