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Bilbo se engalana para llevar a su equipo en volandas hacia Sevilla

La afición del Athletic acudió en masa a la llegada del autobús a San Mamés. (Marisol RAMIREZ | FOKU)

El Athletic se ha acostumbrado a vivir noches de Copa memorables en San Mamés en los últimos años y ayer volvió a contar con el apoyo de su afición para certificar el pase a la final de Copa. El frío, la lluvia y el viento nunca son impedimiento para unos seguidores que nunca caen en el desaliento hacia su equipo. Otra jornada de locura en las gradas que se vivió con una calma tensa en las horas previas. Al caer la noche la temperatura fue subiendo hasta llegar en cohete al estadio. Recuerdos para Simeone y un cántico claro y contundente: «Solo hay un Athletic y es el de Bilbao».

El punto álgido de la jornada se vivió con el recibimiento al autobús del equipo a su llegada a San Mamés. Miles de aficionados se congregaron en los aledaños del estadio para mostrar su apoyo a los jugadores. La Ertzaintza realizó un despliegue importante y se colocaron vallas como medida de seguridad. Los seguidores no se pudieron acercar hasta el autocar, pero se dejaron sentir sus ánimos. Fue espectacular el muro de fuego realizado con las bengalas. El propio Ernesto Valverde admitía en la previa la importancia de ese tipo de gestos para sus futbolistas y el extra de motivación que suponen al ver el respaldo que tienen de la gente.

EN EL CARLTON

Si algo caracteriza al Athletic es el respaldo que tiene entre la población. Ese «Beti zurekin» entonado al unísono al perder la final de la Europa League en Bucarest ante el Atlético de Madrid. En los últimos años se han vivido derrotas dolorosas como aquella, pero con el inicio de cada temporada se recupera la fe. Y la ilusión estalla en Bilbo con las citas importantes. Un aroma que se impregna por toda la ciudad. Bares, restaurantes, comercios y edificios se engalanaron con vestimentas rojiblancas por todos lados. La preocupación de la mayoría de la gente era el partido de la noche y se notaba en las conversaciones.

El Athletic se concentró desde el mediodía en el céntrico hotel Carlton, edificio que fue sede del Gobierno de Lakua del primer lehendakari José Antonio Agirre, que también fue jugador del Athletic. El equipo también pasó en el mismo lugar las horas previas a la apoteósica semifinal contra el Sevilla de 2009. Al igual que esa vez los seguidores acudieron a saludar e insuflar ánimos a los jugadores. El grueso del plantel llegó en autobús, pero otros como Lekue fueron andando. El de Deusto fue hasta la puerta con su mujer y el carro de bebé. A su vez, Raúl García y Villalibre llegaron juntos y en pantalón corto, mientras un aficionado alegraba el día a los transeúntes poniendo canciones rojiblancas desde su vehículo tuneado. Por otro lado, la Ertzaintza interceptó en la previa un autobús con ultras del Atlético.