GARA Euskal Herriko egunkaria
1981

«Piti» y Zabala, dos matones para un relato con tintes negros

Armas incautadas a Iturbide en su casa, tras su detención. (EGIN)

La historia de la sangrienta pareja formada por Ignacio Iturbide Alcain, “Piti”, y Ladislao Zabala Solchaga contiene todos los elementos de una de las novelas de Don Winslow (Nueva York, 1953), uno de los mejores escritores vivos de novela negra: guerra sucia, corrupción policial y política, muertos, sangre y poderes fácticos que tapan sus porquerías. Y unos protagonistas que quedan impunes.

Los hechos: madrugada del 4 de marzo de 1981, pocas horas después de que maten a tiros, en Andoain, a Francisco Javier Ansa Zinkunegi, la Policía detiene a Ignacio Iturbide y Ladislao Zabala. Ansa era un trabajador metalúrgico que esperaba al autobús que debía conducirle al trabajo. «Era epiléptico y, según declaraciones de familiares y amigos, hombre sencillo y retraído. No se le conocía tendencia o actividad política alguna. Se da la trágica circunstancia de que era pariente lejano de José Ramón Ansa, muerto el 5 de mayo de 1979 por la Triple A. Era hermano también del teniente de alcalde de Andoain, por el PNV», se lee en “Egin”.

En rueda de prensa, el gobernador civil de Gipuzkoa, Pedro Aristegui, informa de que a ambos detenidos se les acusa de haber participado en siete atentados mortales en el conocido como el “Triángulo de la Muerte” (Astigarraga, Hernani y Andoain), reivindicados por el Batallón Vasco-Español. Hay otro tercer detenido, Rogelio González Medrano.

“Egin” recoge también las protestas provocadas por estas muertes -huelga general en las localidades guipuzcoanas afectadas-, las quejas del gobernador civil Aristegui -«se ha hecho mucha política con la supuesta implicación de las Fuerzas de Seguridad del Estado en los atentados de extrema derecha», se atreve a decir- y el diario recuerda que «Iturbide es sobradamente conocido por su participación en acciones de incontrolados».

Para desentrañar la madeja, vamos a apelar a Pierre Lemaitre y su “Diccionario apasionado de la novela negra” (Salamandra), donde da cinco claves para escribir una buena novela negra.

1. EMOCIÓN.

Se refiere a las emociones que la historia suscita en el lector y, a este respecto, tienen una importancia capital los personajes. En este caso, hay muchos. Y las emociones son de todas clases; pocas, alegres.

Empecemos por los dos protagonistas principales: Ignacio Iturbide, “Piti”, (Hernani, 1949 - Bilbo, 2013) y Ladislao Zabala (Donostia, 1953 - Madrid, 2015). Piti era un bala perdida metido en ambientes parapoliciales, al que le ponía la violencia. Trabajó como guardia jurado en Orbegozo y también como policía municipal en Zornotza... No lo era, pero campaba a sus anchas. En 1978, fue condenado por haber incendiado la sede del PCE en Donostia y la del equipo de baloncesto Askatuak, aunque sus influencias le sacaron pronto de prisión.

Hizo entonces pareja con otro fascista de nuevo cuño: Ladislao Zabala, hijo del vicepresidente de la Diputación guipuzcoana en los 60. En 1979, la pareja comenzó a dejar un reguero de sangre: desde 1979 a 1981, camparon a sus anchas, hasta que fueron condenados a 231 años de cárcel. Cumplieron de máximo diez.

Aquí entran otros protagonistas, quienes suscitan otras emociones. Son los muertos, nada menos que siete: José Ramón Ansa (muerto en Andoain, el 6 de mayo de 1979), Tomás Alba (en Astigarraga, el 28 de septiembre de 1979), Felipe Sagarna (en Hernani, el 19 de abril de 1980), Miguel Arbelaiz y Luis Mari Elizondo (ambos muertos en Hernani, el 7 de noviembre de 1980), Joaquín Antimasberes (en Urnieta, el 4 de noviembre de 1980) y Francisco Javier Ansa.

2.-NOVELA POLICÍACA O NOVELA NEGRA.

«En la novela policíaca, el crimen sería personal; en la negra, social», escribe Lemaitre. Evidentemente, aquí el móvil es político. Solo hay que mirar al contexto de la época y al resto de los personajes; además, quienes alzaron a los asesinos los hicieron caer. Jesús Martínez Torres, comisario general de Gipuzkoa, denunciado repetidamente por torturador, se arrogó la detención de la pareja. El Gobierno del PSOE lo ascendió años después a director de la Brigada de Información en Madrid.

Casi cuatro décadas después, el historiador Iñaki Egaña lanzaba, en un artículo publicado en GARA, algunas preguntas todavía sin respuesta: «¿Quiénes marcaban los objetivos? ¿Quiénes los escenarios? ¿Quiénes aceleraban o desaceleraban las acciones? Y los colaboradores, ¿qué fue de ellos?».

3.-REALIDAD.

El triángulo Astigarraga-Hernani-Andoain fue especialmente castigado por la extrema derecha. Hubo siete muertes, también muchos intentos, aunque la elección de objetivos no seguía una aparente lógica. La actuación a cara descubierta de estos matones y la protección con la que se movían provocaron la indignación ciudadana.

4.- VEROSIMILITUD.

A su salida de prisión, los dos compinches tomaron caminos diferentes. Iturbide volvió a ser detenido en Valencia en 1998, cuando preparaba un secuestro, aunque pronto le dejaron en libertad. Ladislao Zabala llegó a fundar Patria Libre con el también ultra y sobradamente conocido Ricardo Sáenz de Ynestrillas.

5.-VIOLENCIA.

“¿Incontrolados?”, titulaba un artículo, publicado en 2022, Xabier Makazaga, investigador de Terrorismo de Estado. En él apuntaba que la mayoría de los crímenes reivindicados con las siglas GAL cometidos en Ipar Euskal Herria quedaron completamente impunes y «aún fue mucho más flagrante -escribía Makazaga- la impunidad en lo que se refiere a los múltiples asesinatos cometidos en Hegoalde cuando las siglas utilizadas eran BVE, Triple A, GAE y similares».

Hablando de violencia y memorias, en 2018, Argituz dio a conocer un dossier, que GARA publicó íntegro, en el que hombres y mujeres de signo político muy diferente se dieron cita, a través de sus testimonios, en el documento sobre la memoria compartida relativa a Andoain, donde se recogían los datos de las conculcaciones de derechos humanos y acciones violentas que ocurrieron en la localidad entre 1956 y 2018.



[2007] Pirritx eta Porrotx, erregaitzak

«Pirritx eta Porrotx: Errealitatea koloretako begiekin begira», irakur zitekeen 2007ko igande hartan kaleratutako Zazpika astekariaren azalean. Ez da, noski, Euskal Herriko pailazorik ospetsuenek gure orrialdeak bisitatu dituzten une bakarra; haurrak eta, bide batez, helduak «hezten» hiru hamarkada luze daramatzatelako.

Conny Beyreuther argazkilariak eta Imanol Aranburuk “Mari Motots” ikuskizuna atzealdetik behatu zuten 2007ko hasiera hartan, euskal pailazorik ezagunenen ibilbideari gertutik erreparatu nahi geniolako. Gure haurren “Rolling Stone”-ak izan direla esan dugu behin baino gehiagotan, eta bertan aurkitu zituzten ilarak horren adierazle izan ziren. Atzera begira, zerbaitek harritu gaitu, beraien ibilbidean, sinestezina badirudi ere, presente egon den osagai bati buruz mintzatu ziren orduan ere: hainbat aldiz jasan dituzten boikot kanpainak, alegia. 2001ean, 2019an, 2021ean... Eskerrak, denbora honetan guztian lanaren aitortza jaso duten behin baino gehiagotan, egiten ari diren ibilbidea ez baita topikoa ezta erraza ere; bai, ordea, beharrezkoa.