Amaia EREÑAGA
Periodista
1988

Brutal operación «top secret» contra el IRA en Gibraltar

Una pintada en Derry, en enero de 2022, denunciando la falta de Justicia británica. Corresponde al 50 aniversario del Bloody Sunday,
Una pintada en Derry, en enero de 2022, denunciando la falta de Justicia británica. Corresponde al 50 aniversario del Bloody Sunday, (Brian LAWKESS/DPA vía EUROPA PRESS)

Tres presuntos miembros del IRA, abatidos a tiros en Gibraltar» titulaba “Egin” en primera página en su edición del 7 de marzo de 1988. La impactante noticia, que solo pudo entrar en última página y en portada, no daba muchos detalles sobre los hechos sucedidos la víspera, día 6, en la colonia británica.

Citando a la BBC, se decía que habían sido «abatidos a tiros ayer, domingo, en una operación conjunta de la Policía y tropas británicas estacionadas en Gibraltar, según confirmó a últimas horas de la tarde de ayer el Ministerio británico de Defensa, desde Londres. Los muertos son dos hombres y una mujer que fueron interceptados por las fuerzas de seguridad en las cercanías de una estación de gasolina, en las proximidades del aeropuerto de Gibraltar (...). El tiroteo -continuaba- se produjo sobre las tres y media de la tarde en la avenida Winston Churchill, en la carretera que va a La Línea. Posteriormente, los agentes descubrieron una bomba en el interior de un vehículo aparcado cerca del Palacio de Gobernador, por lo que toda la zona de la calle Real, donde se encuentra el inmueble, fue evacuada. Especialistas de la Policía británica, que se encuentran en esa ciudad desde hace algunos días, procedieron posteriormente a desactivar el artefacto explosivo».

FALSEDADES

Ni los tres miembros del IRA -esto era lo único cierto- estaban armados ni portaban artefacto explosivo alguno, como se supo después. Fue una ejecución en toda regla por parte de los servicios secretos británicos.

Lo cierto es que la portada del día después de “Egin” parecía la portada de los horrores, la plasmación en papel de un mundo en guerra: bajo la información sobre los muertos a tiros en Gibraltar, una imagen del Ejército israelí persiguiendo a un grupo de palestinos en Cisjordania y la noticia: «Otro palestino muerto. Un joven palestino resultó muerto por disparos del ejército israelí durante los violentos enfrentamientos que tuvieron lugar en el campo de refugiados de Al Amari, cerca de Ramallah». En otro titular se informaba de que «el Juzgado de Instrucción número 2 de Donostia investigará las presuntas implicaciones del subcomisario de Policía José Amedo Fouce en la desaparición de los refugiados políticos vascos Joxi Zabala y Joxean Zabala».

Respecto a los hechos de Gibraltar, según fueron pasando las horas, se fue sabiendo lo que realmente había pasado: los muertos fueron identificados por fuentes republicanas en Belfast como Mairead Farrell, de 31 años; Dan MCann, de 30, y Sean Savage, de 24.

Llegaron a Gibraltar procedentes del Estado español en un Renault 5 con matrícula española y lo estacionaron junto a una gasolinera situada a solo 500 metros de la residencia del gobernador y se dirigieron caminando por la avenida Churchill cuando fuerzas británicas de élite salieron de un coche y abrieron fuego, según testigos presenciales. Los tres murieron en el acto. El IRA asumió que los tres eran integrantes del Cuartel General de la organización «que realizaban una misión en Gibraltar», pero negaba que hubiese habido ningún enfrentamiento porque no iban armados.

Las autoridades británicas desmintieron pronto que existiesen los 250 kilos de explosivos que, se suponía, llevaban en el coche, y se supo también que la Policía española fue la que dio el aviso a los británicos. Todo fue una acción de una unidad especial británica. El diario “ABC” señaló directamente a miembros del SAS (Servicio Aéreo Especial) como autores de esta operación, que definió como «top secret». “Egin” decía días después: «La masacre gibraltareña contra el IRA conmociona a Irlanda y la Gran Bretaña». De hecho, algunos políticos irlandeses no dudaron en hablar de «sumaria ejecución». Los hechos incendiaron Belfast.

LA PLUMA DE ERAUSKIN

«Escenas de caza del año dos mil» se titulaba el comentario de J. Gamarra que publicaba días después “Egin”. Era el seudónimo con el que firmaba Javier Sánchez Erauskin (Gasteiz, 1935), uno de los grandes del periodismo vasco.

Y Sánchez Erauskin, realmente indignado, escribía: «La civilización occidental acaba de apuntarse un importante tanto en su ardua tarea de garantizar las seguridades públicas y el desarrollo armónico de las libertades ciudadanas. En una brillante operación cinegética se ha cobrado tres hermosas piezas (...). Baten palmas entusiasmadas las gentes de orden, ante el hermoso espectáculo de una cacería impecable, en la que las piezas son rematadas, a la vista del personal, por los habilidosos monteros de Su Graciosa Majestad. Algunos laceros limpian los desperfectos del pavimento, grumos de sangre, esquirlas de huesos o el rastro de una masa encefálica estallada, postrera huella del ‘tour de force’ de unos especialistas de la cetrería (...). Ahí están las tres piezas acribilladas: Mariead Farrell, Daniel McCann, John Savage, ofrendados como el mejor tributo y el más admirable presente a una sociedad de Supermanes que se encamina, con música clásica de fondo, al umbral del año dos mil».



[1986] Gregorio Larrañaga «Mañukorta» eta Andres Osa «Sakona»

«Muturrokerrik handienak ere algaraka uzten dituen bertsolaria». Modu horretan definitu zuen Gregorio Larrañaga “Mañukorta” Andres Osa “Sakona”-k. 1986an “Egin”-en argitaratu zen eta NAIZen berreskuratu dugun elkarrizketa altxortxo bat da, bai bi solaskideengatik, baita islatzen duen garaiagatik ere. 2015ean, Joxean Agirrek, Gaur8-n, “Mañu” bera eta Amuriza elkartu zituen. Eta handik atera zena ere, ederra.

1986koari dagokionez, xehetasun batzuk. Lehenik, elkarrizketatzaileari berari aipamena: Andres Osa, kirol kazetari beteranoa eta bertsolaritzan aditua, euskal kazetaritzaren maisu bat. Bigarrenik, osorik irakur dezazun gomendioa luzatzen dizugu, 2022an joan zitzaigun “Mañukorta” bere saltsan ikusiko duzulako. Eta azkenik, bukaera dibertigarri hori: kazetariak bertsolariaren etxeko telefono zenbakia eransten du elkarrizketan, inork “Mañu” kontratatu nahiko balu...