El Athletic regresa sin milagro pero con la conciencia tranquila

Condenado desde que se sortearon las semifinales y con la eliminatoria sentenciada en San Mamés, el Athletic viajó a Barcelona con el único objetivo de competir y este si lo logró. Buen partido de las bilbainas, que se cerraron en defensa e inquietaron a su rival cuando tuvieron el balón.

El Athletic verá la final de Copa por televisión. Noticia no es porque se sabía desde que el sorteo de semifinales le emparejó con un Barcelona que ya sería favorito por unanimidad a partido único y directamente imbatible a doble partido. Pero hay maneras de despedirse y las rojiblancas, que no acabaron satisfechas en San Mamés, se marchan del torneo con la conciencia tranquila porque llegaron al Johan Cruiff con el único objetivo ya de competir y este sí lo consiguieron. Y es que el Barcelona es, posiblemente, el único rival ante el que se puede salir reforzado de una derrota.

Debería hacerlo el Athletic, más aún uniendo su actuación de anoche a la que sí le dio la victoria en Liga contra el Levante cuatro días antes. Como entonces, las rojiblancas estuvieron lejos de conformarse con defender aunque el Barcelona les obligó a permanecer en su campo más tiempo del que les hubiera gustado. Pero el equipo catalán, que se vio sorprendido por el descaro de un rival que subía con peligro cada vez que recuperaba el balón, tuvo que esperar a un error grosero de Nerea Nevado -primero y de los pocos que cometieron las bilbainas- para adelantarse con un gol de Mariona. Al Athletic le temblaron las piernas, y con razón, porque el Barcelona dio uno de esos acelerones con los que sentencia los partidos, pero Quiñones, que volvía al once, estuvo excepcional para mantener vivo a su equipo.

La segunda parte también empezó jugándose en la parcela visitante. Pero entre que las blaugranas tampoco estaban especialmente necesitadas, con la eliminatoria resuelta desde la ida, y que el Athletic apretó los dientes atrás, apenas hubo ocasiones claras.

Tan bien volvieron a verlo las vizcainas que, reanimadas con los cambios, dieron un paso adelante. Cómodas con el balón, no solo inquietaron a su rival, sino que empataron con un centro de Garazi que peleó en el área Zugasti y envió a la escuadra Clara Pinedo. Torrejón evitó que un centro de Elexpuru le llegara a Sanadri y el córner posterior lo cabeceó Maddi al larguero.

El Barcelona dijo basta y hubo que replegarse otra vez para sufrir en la recta final en la que las ocasiones se traspasaron a la portería rojiblanca y en la que Patri Guijarro sentenció definitivamente al finalizar un corner y poner el 2-1.