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GAZA
EL INFIERNO EN GAZA INCENDIA ORIENTE MEDIO

Israel vuelve a convertir el hospital Al-Shifa en un campo de batalla

El Ejército israelí volvió a convertir el hospital Al-Shifa, después de tres asedios anteriores, en un campo de batalla en el que con todo tipo de armamento provocó decenas de muertos, detuvo a docenas de palestinos y obligó a desplazarse a cientos de personas refugiadas en sus instalaciones. El arresto de periodistas intentó, además, acallar la información sobre lo ocurrido.

Palestinos socorren a un herido en uno de los bombardeos en la ciudad de Gaza.
Palestinos socorren a un herido en uno de los bombardeos en la ciudad de Gaza. (AFP)

De madrugada, el Ejército israelí asaltó con tanques, soldados, drones y francotiradores el hospital Al-Shifa, el más importante del enclave y que ya había asediado otras tres veces. «Comenzaron a disparar dentro del complejo, provocando miedo y pánico entre los heridos, enfermos y desplazados, y amenazando la vida de miles de personas en el interior», relataron las autoridades gazatíes.

Los soldados mataron a varias personas entre los más de 30.000 desplazados que se refugiaban en el centro, situado en la ciudad de Gaza. El número de muertos podría llegar a varias decenas, ya que el propio Ejército aseguró haber matado a 20 palestinos.

Además, ordenaron evacuarlo, obligándolos a volver a huir y a trasladarse a Al-Mawasi, una supuesta «zona segura» de 20 kilómetros cuadrados. Desde diciembre, hay allí una especie de campamento de tiendas para miles de personas que sobreviven en condiciones precarias.

El desplazamiento comenzó por la mañana y las familias tuvieron que coger lo que pudieron para abandonar el centro.

Desde el inicio de la invasión, Israel ha forzado continuos desplazamientos de una zona a otra, con órdenes confusas y contradictorias y sin que, en realidad, haya ningún lugar donde la población pueda estar a salvo de sus ataques.

El médico Alaa al-Samun, atrapado con varios pacientes en el servicio de Urgencias, en una habitación alcanzada por metralla de misiles, señaló que «la ocupación nos informó que solamente nosotros, los doctores, los heridos y los pacientes en cuidados intensivos tenemos permitido permanecer en el hospital».

El Ministerio de Sanidad de Gaza alertó de que las personas desplazadas corren peligro y de que como consecuencia de los bombardeos y la falta de luz para mantener los generadores funcionando, ya había al menos 5.000 heridos.

El Ejército y los servicios de Inteligencia israelíes seguían actuando en la zona, donde también tuvieron lugar intensos combates con la resistencia palestina que continuaban por la noche.

Bombardeos intensos en los alrededores del complejo médico destruyeron viviendas cercanas y al menos un bulldozer militar armado israelí comenzó a operar en el lugar.

Uno de los muertos es Faiq Mabhouch, al que Israel considera jefe de la seguridad interna de Hamas y responsable de la coordinación de actividades del grupo islamista en Gaza.

Pero de acuerdo con fuentes palestinas, Mabhouch era tan solo un agente de la Policía palestina a cargo de custodiar los camiones de ayuda que llegaban a la ciudad de Gaza rumbo a los almacenes de la Unrwa.

El alcance de la destrucción y el número de víctimas y detenidos no pudo precisarse, ya que el Ejército se encargó de que los periodistas que estaban en el lugar no pudieran contarlo. Entre los arrestados se encuentra Ismail al-Ghoul, uno de los periodistas del canal de noticias Al Jazeera y su equipo. Fue golpeado y desnudado en la detención y su material, destrozado.

INTIMIDACIÓN A LOS PERIODISTAS

«Estos ataques sirven como táctica de intimidación contra los periodistas para disuadirlos de informar sobre los horribles crímenes cometidos por las fuerzas de ocupación contra civiles inocentes en Gaza», denunció Al Jazeera, que exigió su inmediata puesta en libertad.

«Es parte de una serie de ataques sistemáticos contra Al Jazeera», añadió, citando la muerte de la periodista Shireen Abu Akleh, en Jenin en 2022, las muertes de Samer Abudaqa y Hamza al-Dahdouh en la actual agresión a Gaza, o el bombardeo de la oficina de la cadena qatarí en la Franja en mayo de 2021; además de ataques a familias y viviendas de periodistas.

También el Comité para la Protección de los Periodistas (CPJ) condenó la detención del corresponsal, y su directora, Jodie Ginsberg, recordó que «con cada periodista asesinado, con cada periodista arrestado, nuestra capacidad de entender lo que está sucediendo en Gaza disminuye significativamente».

Después de los asaltos anteriores, el hospital Al-Shifa había vuelto a funcionar desde el pasado 2 de marzo de manera parcial, pese a que todavía contaba con muy pocos suministros médicos, agua y alimentos para sus pacientes.

Al-Shifa fue el escenario del primer gran operativo de Israel al inicio de la invasión en Gaza a finales de octubre, un asalto que abrió la «guerra contra los hospitales», en la que, como en las colas de los hambrientos, los ha convertido en uno de sus objetivos más siniestros.

Entonces lo justificó por la supuesta existencia un túnel bajo el hospital con un «centro de comando de Hamas», alegación que luego nunca probó.

En esta ocasión, el Ejército ha afirmado que cuenta con información de Inteligencia que indica el uso del edificio por parte de «altos cargos terroristas» de Hamas.

FLAGRANTE CRIMEN DE GUERRA

El Ministerio denunció que se trata de «un flagrante crimen de guerra y un crimen contra la humanidad que confirma la intención deliberada de la ocupación de eliminar el sector de la salud y destruir hospitales», y que se suma «al historial negro del Ejército de ocupación, que sigue cometiendo diversos crímenes y masacres.

A la vez, apeló a la comunidad internacional para que intervenga de manera inmediata y urgente «para frenar la ocupación, detener la guerra genocida y su agresión y sus ataques contra las instituciones médicas».

Por su parte, Hamas criticó «el fracaso de la comunidad internacional y Naciones Unidas a la hora de actuar contra el Ejército de ocupación ha sido una ‘luz verde’ para que continúe su guerra de genocidio y limpieza étnica, uno de los pilares de la cual es la destrucción de las instalaciones médicas en la Franja de Gaza».

El movimiento islamista urgió a la Organización Mundial de la Salud (OMS) y a la comunidad internacional a que protejan y documenten «los crímenes que las tropas sionistas nazis» están perpetrando contra los complejos médicos.

Precisamente, el director general de la OMS, Tedros Adhanom Ghebreyesus, se mostró «terriblemente preocupado» por la situación en Al-Shifa, «que pone en peligro a trabajadores sanitarios, pacientes y civiles», y recalcó que «los hospitales nunca deben ser campos de batalla».

Por otra parte, Tedros señaló que «la situación de hambre en Gaza es devastadora» y que la hambruna es inminente y puede tener consecuencias inmediatas y a largo plazo a nivel sanitario». «La única forma de revertir esto es a través de la paz», añadió.

La FAO también alertó de que la hambruna es inminente en la zona norte de la Franja y que la mitad de la población gazatí, cerca de 1,1 millones de personas, hacen frente a niveles catastróficos de inseguridad alimentaria.

La hambruna «ha sido provocada por el hombre», denunció, a su vez, el comisionado de la Agencia de la ONU para los Refugiados Palestinos, Unrwa, Philippe Lazzarini, que culpó a Israel del fracaso de las negociaciones para lograr un alto al fuego.