El prestigioso autor de películas como “Roberto Succo”, “Feux rouges” y “Les regrets”, entre otras, ha apostado por dar un nuevo giro a su trabajo abordando el género judicial. La trama se inspira en un gran escándalo judicial, el que vivió Pierre Goldman, un activista e intelectual de la izquierda del Estado francés que se vio envuelto en un falso caso de asesinato de dos farmacéuticas, delito por el cual fue condenado en primera instancia en 1969 a cadena perpetua. Sin embargo, siempre proclamó su inocencia, admitiendo únicamente su participación en diversos robos armados.

El director nos invita a ser partícipes de un intenso y fascinante drama judicial, detallando el segundo juicio que se llevó a cabo en el año 1976, con una precisión y rigor inquebrantables.

Cédric Kahn no solo nos introduce en la apasionante vida de Goldman, con su trasfondo familiar judío y su activismo clandestino en las guerrillas de latinoamérica, sino que también pone en tela de juicio el rol de una policía marcada por el racismo y los abusos, problemáticas que lamentablemente aún persisten en la sociedad contemporánea.

“El caso Goldman” no solo destaca por su meticulosa reconstrucción de los diversos aspectos del proceso judicial, sino también por su profunda exploración de las dimensiones éticas y morales tanto del protagonista como de sus abogados, contrastadas con la actitud represiva y conservadora de los fiscales y la policía.

En este sentido, la película se suma a una tendencia emergente en el cine del Estado francés contemporáneo, donde se examinan minuciosamente las contradicciones y las miserias tanto individuales como institucionales y sociales a través del prisma de los procesos judiciales. Ejemplo de ello es la reciente “Saint Omer: el pueblo contra Laurence Coly”.