Raimundo FITERO
DE REOJO

Indudable duda

Me he columpiado. Si navegas por un turbulento mar de dudas, indudablemente, vas a acabar atracando en una duda flotante o en un puerto dudoso. Respiro. Vuelvo a pensar sobre qué quiero escribir y al final del túnel encuentro una duda devoradora. Me dice una de las voces que ocupan mi cavidad craneal: «pregunta». ¿Sobre qué pregunto? Miro por el ventanal a la calle y veo muchos huecos de aparcamiento, ¿Qué ha sucedido? Busco en los titulares de los periódicos de mi referencia y veo a Puigdemont, Ayuso, su novio y Rubiales. ¿Dónde y cuándo me desenchufé de la realidad vital?

Y así sigo. Y mis dudas no son razonables, son subjetivas, absurdas me parecen al intentar plasmarlas. ¿Hay un pacto entre las fuerzas políticas que pueden hacerse con la mayoría parlamentaria para mantener un perfil más que bajo, invisible? Aquí tienes una pregunta le digo a mi voz. Y escucho una carcajada con sordina. ¿No hay precampaña en la CAV? Insisto. Y la voz me dice, lo primero va antes. ¿Y qué es lo primero? Y las voces se convierten en algarabía. Ahora vienen las merecidas vacaciones de esta semana santa, vendrá el acto del domingo de resurrección y a partir de ahí, se supone que empezará la mayoría social y votante a conocer, si no los programas, al menos a los candidatos que pueden ganar, que son tan apañados que parece salidos del mismo seminario.

Si no me equivoco y si lo primero va antes, entonces, ¿por qué no paran de bombardear los medios con las elecciones catalanas? Puigdemont aparece como un factor definitorio. ¿Puede ser de nuevo President? No duda nadie.