Amaia U. LASAGABASTER
LIGA F

La efectividad decide el derbi y prolonga la racha rojiblanca

Nahikari aprovechó su primera ocasión y el único disparo entre los tres palos de su equipo para sentenciar la quinta victoria consecutiva del Athletic. La Real fue superior durante buena parte del encuentro pero le faltó la claridad arriba de su rival.

Las rojiblancas hacen piña para celebrar la victoria a la finalización del encuentro.
Las rojiblancas hacen piña para celebrar la victoria a la finalización del encuentro. (Jon URBE | FOKU)

Pleno de victorias para el Athletic en la terna de derbis contra la Real. También se llevó el del Reale Arena, con muchísima menos claridad que en los anteriores sobre el césped, donde las donostiarras fueron mejores durante buena parte del encuentro, pero con una efectividad envidiable. Una ocasión necesitó solamente Nahikari García, el único disparo entre los tres palos del Athletic, para sentenciar en la segunda parte. No lo celebró la urnietarra por respeto a sus excompañeras, pero sí su equipo, que lograba la quinta victoria consecutiva y alcanza ya la sexta plaza liguera tras la derrota del Sevilla en Tenerife, además de aventajar en siete puntos a la propia Real.

Intentaron evitarlo desde el pitido inicial las guipuzcoanas, que saltaban al campo con Cecilia ocupando la vacante de la lesionada Jensen. Le faltó el gol, justo lo que más se echó en falta, para hacer olvidar a su compañera, pero fue una de las mejores de un partido que arrancó con la Real presionando fuerte a un rival incapaz de sujetar el balón y mucho menos de acercarlo al área rival. Superado el cuarto de hora, las rojiblancas ganaron algún metro y Elexpuru rompió un par de veces por banda, pero su anfitrión se repuso rápido, tomando la iniciativa y forzando a las vizcainas a recurrir, por momentos, al juego duro para frenar a su anfitrión.

El paso adelante de la Real abría la puerta al contragolpe visitante, pero el centro del campo y, sobe todo, una Vanegas inmensa en la zaga, estuvieron atentas para impedirlo. Lete, de hecho, apenas tuvo que tocar un balón en todo el primer tiempo, cuando Nerea Nevado le buscó las cosquillas con un centro envenenado.

CECILIA EXIGE A NANCLARES

Aunque su presencia en el área rival era más constante, las ocasiones txuri-urdines tampoco fueron excesivamente claras. Sí suficientes para forzar un par de buenas estiradas de Nanclares, ambas para evitar el gol de la misma protagonista. A diez minutos del descanso, Cecilia combinaba con Franssi por la derecha, entraba en el área deshaciéndose de tres rivales y probaba con un disparo cruzado que Nanclares tocaba con la punta de los dedos. Apenas cuatro minutos después volvía a probar la donostiarra con un buen disparo desde la frontal que de nuevo se encontraba con la respuesta de su excompañera.

La Real se fue bien a vestuarios y volvió mejor. Poco faltó para que ahora lo trasladase al marcador porque a los tres minutos de la reanudacion, Bernabé enviaba un balón al corazón del área en busca de Amaiur y Nanclares medía fatal su salida pero tenía la fortuna de que el cabezazo de la donostiarra se marchara fuera por poco. Se hizo perdonar de inmediato la guardameta burgalesa, al despejar a córner con una magnífica mano un nuevo remate de Cecilia que olía a gol más que ningún otro intento de las donostiarras.

CAMBIO DE BRÚJULA

Les faltaba claridad arriba, ahora algo menos, pero tenían totalmente sometido a un Athletic perdido. David Aznar decidió cambiar la brújula con la entrada de Maite Zubieta y Mariana y su equipo encontró el camino de inmediato. Apenas llevaba cinco minutos sobre el césped cuando Zubieta condujo la pelota hasta la frontal, donde recibía Nahikari para darse media vuelta entre cuatro rivales y disparar raso y ajustado para que no llegara Lete. Primera ocasión, única de hecho, y gol.

No necesitó más el Athletic porque si en algo han mejorado las rojiblancas a lo largo de la temporada es en su gestión de partidos y su fortaleza defensiva. Y no será porque no la pusiera a prueba su rival que acabó volcado en la portería visitante pese a que las fuerzas menguaban de forma evidente y a los movimientos de Aznar, que refrescaba el ataque en busca de una contra definitiva que no llegó. Pero no hubo manera de que marcara. Ni siquiera con una falta, en la última acción del descuento, que Eizagirre estrelló en la parte superior del larguero.