MAR. 28 2024 GAURKOA Los intereses del túnel de Santiago Carrillo Juan Mari ARREGI Participante en la confesión de Nicanor Acosta Increíble. hemos quedado mudas. Chivato y para conseguir qué. Si algo hay que criticar es el silencio de Nicanor hasta hoy. Otra página oscura de Santiago Carrillo. Interesante, pero no entiendo por qué no lo dijo antes, cuando Carrillo estaba en activo y podría haberse verificado. Cuando el fin justifica los medios. Ahora tras ver el video entiendo que la ‘prensa’ no quiera saber nada. A cambio de qué hace la denuncia Carrillo. ¿Dónde están los 30 medios convocados? Qué pena el boicot de la prensa. Nicanor, gallego de pro. Si hubiese sido un tema del corazón ahí habrían estado todos. No me extraña lo de Carrillo, pues en el primer Congreso de CCOO de Euskadi nos pasó algo parecido. El PC de Euskadi dio el chivatazo a la Policía de que se iba a hacer en el seminario porque lo iban a perder, pues teníamos nosotros mayoría de delegados. Vaya pájaro, Carrillo. No me sorprende ese boicot informativo, ni la precampaña ni la encuesta Focus son excusas. Pero vuestra información es buena y supone un giro histórico para entender por qué se frustró la fuga y para entender también a qué jugaba Carrillo y de qué era capaz. Lo de EITB es vergonzoso...». Hasta aquí algunas reacciones a la difusión del video en el que un cura gallego, preso en su dia en la cárcel concordataria de Zamora, confiesa públicamente 50 años después que Santiago Carrillo, secretario general del PCE, fue quien dio el chivatazo al Gobierno franquista del intento de fuga en 1971 de un grupo de curas vascos presos en aquella cárcel zamorana. Pese al boicot o silencio total de la gran mayoría de la prensa vasca y del resto del Estado español, y gracias a los medios abertzales comprometidos con la información, así como a su difusión digital, han sido miles de ciudadanos vascos y del resto del Estado español los que van teniendo acceso a ese vídeo en el que Xabier Amuriza, como sacerdote que también estuvo en la cárcel zamorana, hace en Galicia a Nicanor Acosta. Quienes han visto ese video, y lo confirman las reacciones expuestas, se han planteado seguramente, por lo menos, tres preguntas. ¿Qué interés tenía Carrillo para chivarse al Gobierno franquista y abortar el intento de fuga de los curas vascos? ¿Por qué Nicanor Acosta ha mantenido su silencio hasta 50 años después de haberlo sabido? ¿Por qué el boicot informativo a una noticia que a quienes la han conocido les ha conmocionado, sorprendido, cabreado...? Como participante en la confesión que Nicanor nos hizo en Galizia a Xabier Amuriza, Ritxi Lizartza y a mí mismo, intentaré responder a esas cuestiones. Antes de hacer formalmente esa entrevista, estuvimos hace un año en Galiza con Nicanor Acosta para presentar allí la película documental “Apaiz Kartzela”. Mientras tomábamos un café, Nicanor, muy serio y visiblemente emocionado, nos dijo que tenía que hacernos una confesión. Y así nos la hizo. Quedamos impactados y estupefactos. Insistimos y realizamos distintas preguntas y mantuvo su confesión. Unos meses después se hizo formalmente la entrevista. Muy consciente de la importancia de ese momento, Nicanor quiso que en la entrevista estuvieran presentes miembros de la Memoria Histórica. Aquella confesión fue como su testamento antes de morir. Los intereses de Santiago Carrillo pasaban por facilitar así la negociación de la legalización de su partido, hacer una transición «pacífica» y conseguir que el protagonismo fuera de los trabajadores y no del clero. Quienes se iban a fugar, sin embargo, no eran curas «de los suyos», que los hubo y cualificados como Mariano Gamo y García Salve. Eran algunos a los que se les relacionaba con la izquierda abertzale y, para Carrillo como para otros políticos, eran cercanos a ETA. Si la fuga hubiera sido prevista con curas de la órbita de los Gamo y Garcia Salve, ¿se habría planteado el chivatazo? ¿Por qué Nicanor ha mantenido su silencio 50 años? Lógicamente las fidelidades de partido son muy exigentes. Pasado el tiempo y cuando se acerca la muerte, sin embargo, hay conciencias que se remueven y deciden, por fidelidad a la verdad, desembuchar los secretos mantenidos tantos años. Algo de eso ocurrió con Nicanor. Fuimos testigos de su conmoción a la hora de confesarnos aquel chivatazo de Carrillo y, a la vez, la tranquilidad y paz que vivió al saber que se haría pública su confesión. Su fidelidad a la verdad pasaba ahora ya por encima de su fidelidad al partido, el PCE. Así, al final de esta entrevista, Nicanor nos decía que «La humildad es la verdad... y no tengo por qué esconder la verdad, con la verdad voy hasta el fin de la tierra». Nuestro amigo Nicanor puede ya irse tranquilo... Finalmente ¿por qué ese boicot informativo? Fueron más de 30 los medios informativos vascos y del Estado español (prensa, radio y televisión), sin distinción ideológica, los invitados a la rueda de prensa. Yo mismo lo hice personalmente con la mayoría de sus máximos responsables. Y solo dos, GARA y “Argia”, acudieron a la cita. El resto ni se excusó. Lo más grave e increíble de ese boicot, sin embargo, ha sido el protagonizado por los grupos multimedia de EITB y de “Deia”, y “Berria”. Campaña electoral, encuestas Focus, temas ya viejos, etc. No valen tales excusas. Temas tan viejos, como ETA, los hay actualmente y están todo el día jaleados en la prensa por parte de los medios y partidos políticos. ¿Poner ese tema en la mesa pública ahora en campaña ya electoral beneficiaría a la izquierda abertzale porque sus víctimas y organizadores de la rueda de prensa fueron y somos personas cercanas a esa opción política? Excusas fáciles. La prensa libre tiene que estar siempre al servicio de la verdad, esté donde esté. Y respetar la memoria histórica. Con su silencio y boicot se han hecho cómplices del chivatazo de Santiago Carrillo al Gobierno franquista para abortar la fuga de los curas vascos de la cárcel concordataria de Zamora. Fuimos testigos de su conmoción a la hora de confesarnos aquel chivatazo de Carrillo y, a la vez, la tranquilidad y paz que vivió al saber que se haría pública su confesión