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BAIONA

Baiona prohíbe los saltos extremos sobre los dos ríos que bañan la capital labortana

El decreto de Alcaldía que lleva la firma de Jean-René Etchegaray obedece al deseo del primer edil de que Baiona no atraiga a los adeptos al «cliff-diving». Uno de esos saltos desde 18 metros sobre el Aturri se hizo viral el pasado mes de enero en las redes sociales.

El Ayuntamiento de Baiona, en el punto en el que se unen el Aturri y el Errobi.
El Ayuntamiento de Baiona, en el punto en el que se unen el Aturri y el Errobi. (Guillaume FAUVEAU)

La práctica del salto extremo o cliff-diving, que consiste en lanzarse al agua desde un acantilado -pero que en su variante urbana elige como punto de inicio de la zambullida edificios o infraestructuras como azoteas, puentes o grúas-, no cuenta con una reglamentación precisa.

Hace cosa de un par de meses, el lanzamiento protagonizado por un veinteañero de Biarritz se hizo viral en las redes. Saltó desde una altura de 18 metros y se zambulló en el Aturri.

El alcalde de Baiona, Jean-René Etchegaray, denunció ese salto extremo, llevado a cabo el 13 de enero.

Su protagonista, conocido como Brice Poule, no sufrió percance alguno. Tampoco se reseñaron daños colaterales. Con todo, fue detenido. Salió a las pocas horas en libertad sin cargos, al no existir un marco sancionador que ahora quiere establecer la Alcaldía.

Ha dibujado para ello un marco de prohibición mediante el correspondiente decreto, emitido con fecha de 20 de febrero. En él, el primer edil baionarra evoca el riesgo que implica esa práctica de salto en altura cuando se realiza fuera del formato reglamentario y en un entorno urbano.

LA ENUMERACIÓN DE RIESGOS

«Esa práctica acarrea importantes riesgos para el saltador, que puede resultar herido tanto en el salto como en la zambullida, pero también para personas que puedan verse impactadas por el mismo o por elementos que puedan desprenderse en el momento del salto, como por ejemplo las tejas de los edificios», razona en su decreto el alcalde de la capital labortana.

Etchegaray evoca el riesgo añadido para las personas que pudieran verse en la necesidad de socorrer a esta persona y recuerda que los dos cursos de agua que bañan Baiona, el Aturri y el Errobi, presentan importantes disparidades en cuanto a su profundidad, por lo que ni siquiera son aguas que se puedan utilizar de forma habitual para el baño.

A la vista de que esa práctica presentaría problemas «desde el punto de vista de la seguridad, la salud y la tranquilidad ciudadana», el alcalde invoca su autoridad para regular la materia, poniendo de este modo un reglamento en manos de la Policía.

Decreta así la prohibición de realizar saltos extremos desde edificios, puentes, aleros de edificios o grúas sobre los cursos de los ríos Aturri y Errobi a su paso por la ciudad de Baiona.

La infracción dará lugar a un procedimiento judicial, pudiendo acarrear sanciones de acuerdo a los criterios fijados en la ley.

La práctica del cliff-diving, con no ser habitual, ha aparecido en otras localidades de Ipar Euskal Herria, además de en Baiona.

Es el caso de Donibane Lohizune, donde el 30 de septiembre de 2023 un saltador se retrató tras dejarse caer desde una grúa en aguas del Puerto de Donibane Lohizune.