Koldo LANDALUZE
DONOSTIA
PEQUEÑAS CARTAS INDISCRETAS

El poder de las palabras

Las palabras -su valor y repercusión- adquieren una importancia fundamental en esta ácida comedia negra. Tras su fachada de intriga, “Pequeñas cartas indiscretas” ofrece una crítica amable pero contundente a una sociedad represiva, particularmente hacia las mujeres.

En la escenografía de una pequeña localidad británica de los años 20, una mujer devota se convierte en el blanco de una serie de cartas escandalosas llenas de insultos y palabras que hacen palidecer su puritanismo. Cuando la noticia llega a los medios de comunicación, su historia se convierte en el centro de atención, y ella en una especie de celebridad decidida a perdonar a sus ofensores, como buena cristiana. Las sospechas recaen pronto sobre su vecina, una mujer irlandesa temperamental y de espíritu libre, a quien su devota vecina desprecia. A pesar de los esfuerzos por limpiar su nombre, la señalada no puede eludir una situación delicada que pone en peligro la custodia de su hija, lo que levanta las sospechas de una agente de policía que investigará lo que ocurre detrás de todo este asunto.

FUERZA DE LOS DIÁLOGOS

Los diálogos son la principal fuente de humor en la trama: ver a las actrices leer y reflexionar sobre las palabras, observar sus diferentes estilos de interactuar con los demás y desafiar, cada una a su manera, a una sociedad que intenta controlarlas, resulta muy estimulante. De esta forma, esas cartas plasmadas con una caligrafía primorosa se convierten en una metáfora de la frustración que busca escapar a través de la tinta. En este sentido, el guion de Jonny Sweet sabe aprovechar al máximo las cartas revelándolas en el momento oportuno y, sobre todo, Olivia Colman aporta su gran talento interpretativo a un personaje muy suculento. El resto se podría aplicar a un reparto que cumple con creces en sus respectivos roles.