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40 AÑOS DE UN PARTIDO MODIFICADO GENÉTICAMENTE

Liga Norte: «separatismo» a la italiana en cinco «cromos»

La Liga Norte, partido liderado por Matteo Salvini, cumple cuatro décadas de vida con una evolución que le sitúa muy lejos de sus orígenes, ya que ha pasado de intentar conectar con independentistas vascos y catalanes a jalear a Santiago Abascal. Cinco nombres ilustran la trayectoria de la formación.

Umberto Bossi, el primer líder de la formación, en una imagen de archivo. (WIKIMEDIA COMMONS)

El despacho de un notario, la fundación de un partido político, un trámite como muchos otros. Era el 12 de abril de 1984, jueves, a las 16.00 horas, y en la coqueta Varese nacía la Lega Autonomista Lombarda, el primer borrador de lo que sería la Lega Nord (Liga Norte), aquel movimiento autonomista e incluso separatista que en más de una ocasión haría guiños, nunca correspondidos, a Euskal Herria.

La Lega Nord representa una parte importantísima de la historia del último medio siglo de Italia, tanto a nivel político como social. Nacida como novedad absoluta, un partido en origen tan revolucionario como conservador y, sobre todo, muy conectado con un territorio (el norte de Italia, motor económico del Belpaese), en la actualiad se presenta como algo bastante estancado y ajeno a sus orígenes.

De hecho, ya no se habla de la independencia del norte, de aquella inexistente Padania, ni de la lucha contra los desmanes de la Roma ladrona, de la capital que tiraba el dinero público a la basura. Sería como mínimo un sinsentido, ya que es parte integrante del sistema de poder.

Por si acaso, no habrá ninguna celebración por parte del partido liderado hoy por Matteo Salvini. Por nuestra parte, vamos a analizar a través de cinco figuras imprescindibles, tipo cromos, estas cuatro décadas de la Lega Nord.

UMBERTO BOSSI, EL FUNDADOR

Fue el promotor, el primer secretario y el primer parlamentario en la Cámara italiana de la Lega Lombarda, aún no era la Lega Nord. Para todos, el senatúr, ‘el senador’ en el dialecto lombardo.

Nacido en 1941, en su juventud intentó hacer carrera como cantante con el nombre artístico de Donato y mantuvo siempre un toque bastante exagerado en sus actuaciones en el mundo de la política.

A Bossi no se le puede definir como un farsante absoluto, pero es cierto que se presentaba como médico a pesar de no haber acabado la universidad o ejercido la profesión. Fue simpatizante del Partido Comunista, albañil, repartidor de fruta y empleado en un lavadero.

Con su vocabulario soez («Los de la Lega tienen la polla dura»), sus tirantes y su voz ronca modelada por miles de cigarrillos, se aprovechó de la crisis del sistema político italiano en la década de los 80 del siglo pasado, que acabaría con el escándalo del Tangentopoli.

En pocos años, la Lega se convirtió en el partido más votado en Lombardia, con la lucha contra la corrupción como bandera, la soflama del sur que no trabajaba y el objetivo de convertir todo el norte en un estado independiente, la Padania. Gracias al apoyo de Silvio Berlusconi, que intuyó la fuerza del partido de Bossi en la zona más rica de Italia, la Lega, aliada de Forza Italia, llegó al Gobierno en 1994 a pesar de la definición que el senatúr dio de el Cavaliere: «El mafioso de Arcore».

El mismo día del atentado de Atocha, el 11 de marzo de 2004, un grave ictus apartó a Bossi de la vida política.

MARONI, PRESENTABILIDAD

Gran amigo de Bossi, Roberto Maroni fue el primer ministro de Interior ajeno a la Democrazia Cristiana. Como su colega, empezó simpatizando con grupos de extrema izquierda de la zona de Varese, y también tuvo una carrera como músico en bandas locales.

Maroni, que falleció en 2022 tras una breve enfermedad, constituyó sobre todo el intento por parte de la Lega Nord de proponer caras «más presentables» en un grupo dirigente formado por ‘chavalotes de provincia’ sin ninguna experiencia.

Dos veces ministro de Interior y una vez de Trabajo, llegó a ser el gobernador de Lombardía entre 2013 y 2018. Fue muy conservador y beligerante con las personas migrantes. El que fuera titular de Interior, responsable de la Policía, en 1998 fue condenado por haber agredido a un agente mordiéndole una pantorrilla en un operativo contra la Lega.

Por aquel entonces, Maroni estaba considerado por las autoridades como el jefe operativo de las ‘camisas verdes’, una organización paramilitar que tenía como objetivo lograr la independencia de la Padania, ya declarada en 1996.

CALDEROLI, EL «PORCELLUM»

«Lo sé, la nueva ley electoral es una porquería». Son palabras del impulsor de esa norma: Roberto Calderoli, ministro para las Reformas Institucionales. Él, sí, médico en activo antes de descubrir la política.

Bergamasco, se casó con su primera mujer, Sabina Negri, en un rito celta ataviados como druidas y con Bossi interpretando en el fortepiano “Va pensiero”, de Giuseppe Verdi, pieza que la Lega quería convertir en nuevo himno italiano en lugar de “Fratelli d'Italia”.

Calderoli ha sido siempre un peso pesado en el partido de Bossi y el nexo de unión entre la vieja y la nueva guardia, después del ictus que sufrió el líder de la formación. Llegó a la vicepresidencia del Senado y se convirtió en la cabeza visible del grupo de trabajo que en 2006 formuló la nueva ley electoral, un rompecabezas que él mismo calificó de porquería y que los analistas bautizaron, de hecho, como el porcellum.

GENTILINI, EL «SHERIFF»

La Lega Lombarda y sobre todo la Lega Nord se han caracterizado como movimientos de «ley y orden», con un evidente toque racista, además de un separatismo más caricaturizado que real.

Entre los rostros más reconocibles de esta ola violenta figuraba Giancarlo Gentilini, exalcalde y teniente de alcalde entre 1994 y 2013 de Treviso, en aquel Veneto donde la Lega siempre ha mantenido un apoyo altísimo, con más del 20% de los votos en sus mejores momentos. Y donde hoy en día es gobernador Luca Zaia, exministro de políticas agrícolas en el último Gobierno de Silvio Berlusconi.

Gentilini se hizo famoso por frases ultrarracistas y homófobas del estilo de «disparar a los barcos con los migrantes» y «limpieza étnica con los homosexuales». Admitió que iba armado en busca de algún criminal, quizá extranjero.

SALVINI, «IL CAPITANO»

Es la cara más la conocida de la época reciente. Matteo Salvini es un cincuentón milanés, del barrio periférico de Giambellino, al que sus seguidores llaman il capitano y sus detractores il capitone, es decir, el macho de la anguila.

Salvini reúne algunas de las características de los líderes anteriores de la Lega Nord. En primer lugar, unas simpatías, aunque bastante evaporadas o diluidas por el paso del tiempo, con los movimientos de izquierdas en su juventud. Y luego, una actitud verbalmente descarada y violenta como Bossi o Gentilini.

El hombre del Giambellino, de hecho, como el fundador, nunca ha acabado los estudios (en su caso, Historia) y se ha desenvuelto siempre en el campo demla política, desde el gobierno local en Lomhasta llegar al Gobierno como viceprimer ministro y ministro de Interior.

Imposible olvidar sus primeras apariciones públicas como concursante, con 20 año, en algunos programas de Mediaset. Y más aún sus declaraciones racistas y las leyes contra los migrantes. “La bestia” que cuida sus redes sociales atacando gratuitamente a cualquier persona que piense de manera distinta al capitano...

Con Salvini, la Lega se ha modificado genéticamente, no solamente olvidándose de las ideas federalistas de sus orígenes para convertir a Italia en Suiza, sino intentando buscar apoyos también en el sur, algo casi insultante para Bossi. Una Lega que comenzó intentando conectar con independentistas vascos y catalanes, y hoy jalea a Santiago Abascal.