Agustín GOIKOETXEA

Díaz Ayuso acude a apoyar a de Andrés y seguir su batalla

Isabel Díaz Ayuso viajó a Bilbo para arropar a Javier de Andrés, candidato a lehendakari por el PP, pero aprovechó su tirón mediático para arremeter contra «todas» las instituciones del Estado, que la presidenta madrileña denuncia están controladas por el Gobierno de Pedro Sánchez. Los anfitriones quedaron en un segundo plano.

Isabel Díaz Ayuso y Javier de Andrés.
Isabel Díaz Ayuso y Javier de Andrés. (Oskar MATXIN EDESA | FOKU)

De nuevo, el PP trajo a Bilbo a Isabel Díaz Ayuso para lograr algo de protagonismo en una campaña en la que es una opción que no concita excesivo interés. Arropando a Javier de Andrés, la presidenta de la Comunidad de Madrid aprovechó su visita para vender su modelo de bienestar sustentado en políticas neoliberales aderezado de tópicos y ofrecer titulares a la cohorte mediática que le sigue, arremetiendo en esta ocasión contra el fiscal general del Estado, al que acusó de actuar «a la venezolana» en la causa abierta contra su pareja.

Expectación mediática y reunión de un grupo de militantes de la derecha española dispuestos a agasajar a la madrileña. Su presencia volvió a eclipsar a las y los candidatos a los que supuestamente iba a apoyar como «una firme aliada». De la importancia de la cita del domingo, dijo que «lo que suceda en el País Vasco es cosa de Madrid, y viceversa. No vale mirar para otro lado».

El propio De Andrés, aspirante a la Lehendakaritza, cedió protagonismo, convirtiéndose en presentador de un acto en el que la de Chamberí volvió a destacar por denunciar que «todas» las instituciones del Estado están actuando «a la venezolana» al convertir a su pareja «en una diana» por ser «alguien relacionado con un adversario político».

Lo cierto es que, para arremeter contra el Gobierno de Sánchez, se podría haber evitado el viaje. En clave vasca, a cinco días de la cita con las urnas, Díaz Ayuso arrancó con frases en las que ensalzó la «campaña excepcional» de su homónimo en el PP de la CAV o por su simpatía a «una de las regiones más bonitas que hay en España».

«ÚNICA OPCIÓN CONSTITUCIONALISTA»

A partir de ahí, defendió que su partido es la «única opción constitucionalista» que concurre a los comicios y la importancia de los resultados que obtenga su partido para erigirse como «contrapeso» al resto de fuerzas políticas que, en su opinión, participan de una misma estrategia, en referencia al PNV, PSE y EH Bildu. «Lo único que importa es la poltrona», se despachó, aventurando que «pactarán sin programa, sin principios, sin ideas».

«Viven de lo público para crear un negociado y expulsar lo privado y que no quede espacio para la disidencia, expulsar al molesto que piensa distinto y con eso ganar siempre el malo y el totalitario», se quejó.

Incidió en que están en juego aspectos transcendentales para muchas personas como la propiedad, la familia o la libertad de empresa. «Estas elecciones van de España entera», destacó.

«Hay una pretendida hoja de ruta desde hace largas décadas para dividirnos como españoles, confrontando supuestas identidades, como si no se pudiera ser vasco y español a la vez», enfatizó. No faltó la referencia al «éxodo de jóvenes» y que «no queda espacio para pensar distinto», lo que ha llevado a «200.000 vascos a irse de esta tierra».

Su objetivo fue atacar la gestión del PNV y poner en cuestión el propio Estado de las autonomías al asegurar que «cuanta más autonomía tienen, peor gestionan». Para la madrileña, la reivindicación independentista persigue que, a pesar de una mala gestión, «nadie les fiscalice».

De los jeltzales dijo que se han «travestido a la izquierda absoluta hasta las elecciones y ahora es el mayor enemigo de Bildu, pero gobiernan con ellos». «El PNV ha votado las barbaridades de la ultraizquierda en España, todas, hasta que ahora con las encuestas le entran los nervios», añadió.